Una frase trillada –pero no por eso menos cierta– dice que detrás de todo hombre hay una gran mujer. Verdadero o no, lo concreto es que en nuestro país, esa afirmación puede ser traspolada al terreno político: detrás de todo político se esconde una gran política. Así es, el poder conyugal es una realidad de nuestro país.
Sin ir más lejos, el ejemplo más acabado y paradigmático es el matrimonio presidencial es el del matrimonio de Néstor Kirchner y Cristina Fernández y, además, el primer caso en el mundo en el que el marido le traspasa a su esposa la presidencia de un país y se intercambian los papeles de presidente/a y primera dama, o damo, como bromea K.
La semana pasada, Sergio Massa dejó la intendencia de Tigre para tomar las riendas de la jefatura de Gabinete y asumió su mujer, Malena Galmarini, una de las secretarías municipales. Su antecesor, Alberto Fernández, también tiene una novia política: la senadora Vilma Ibarra. Y el superministro, Julio De Vido, tuvo durante toda la gestión de Néstor Kirchner a su esposa, Alessandra Minnicelli en la SIGEN, controlando la legalidad de las obras públicas que llevó adelante desde Planificación.
El poder conyugal no es patrimonio kirchnerista. El líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, y Graciela Camaño son un ejemplo político de convivencia en el Congreso, donde ambos son diputados, él por Catamarca y ella, por Buenos Aires. Otros exponentes del peronismo disidente son el ex presidente, devenido en profesor, Eduardo Duhalde e Hilda “Chiche” de Duhalde, su mujer y Senadora de la Nación. Felipé Sóla y Teresa "la colorada" Solá también fueron una pareja en el poder, aunque luego se separaron marital y politicamente.
Un caso aparte es el de los gobernadores: 11 de los 23 tienen a sus parejas en el mundo político. La esposa de José Alperovich, Beatriz Rojkes, es diputada nacional y vicepresidenta del PJ nacional; Sandra Mendoza, la combativa y polémica mujer de Jorge Capitanich, es legisladora provincial en Chaco y la más ferviente crítica de los ministros de su marido. Y en Tierra del Fuego, el esposo de la gobernadora Fabiana Ríos, Gustavo Longui, es concejal de Río Grande y muchos lo critican porque aseguran que "se creen que él también es gobernador". ( Ver aparte ).
En los movimientos sociales también el amor y la militancia une parejas. La más representativa es la de Raúl Castells y "Nina" Peloso, inclaudicables como candidatos de fórmula a cuánta elección se desarrolle y en sus críticas al kirchnerismo. Mientras que del otro lado, los piqueteros oficiales tiene en Luis D´Elía y Alicia Sánchez a su golden couple.
(*) Redactor de Perfil.com