El veredicto en el caso de la denominada “Ruta del dinero K”, que tuvo este 24 de febrero una condena a 12 años de prisión del empresario Lázaro Báez, fue el corolario de puntos de encuentro y desencuentro entre los miembros del Tribunal Oral Federal (TOF) 4, que llevaron adelante el juicio desde octubre de 2018.
La decisión del TOF sorprendió en el edificio de Retiro, donde reinaba un fuerte hermetismo respecto de cuál terminaría siendo la decisión que se impondría. Porque si bien todo indicaba que habría condena para el hombre acusado de haber lavado casi 55 millones de dólares, nada hacía suponer que Báez finalmente sería condenado por 12 años, la pena máxima pedida por el fiscal del debate, Abel Córdoba. En especial, por el punto que generaba más disidencias: el origen del dinero identificado en las maniobras de lavado. Este punto así como el rol de los protagonistas del caso y los tramos anteriores de la investigación, forman parte de una de las tramas judiciales más importantes de la última década, cuyas esquirlas llegan al corazón del kirchnerismo.
La condena conocida no sólo tiene impacto directo en el caso y en la situación de Báez sino también a futuro. Para los jueces Néstor Costabel, presidente del Tribunal, y Adriana Paliotti, el origen del dinero lavado provino tanto del presunto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz, por lo que Báez enfrenta otro debate, junto a a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, así como por la evasión tributaria, que es objeto de un tercer caso.
Por qué la condena a Lázaro Báez puede perjudicar a Cristina Kirchner
En tanto que en disidencia estuvo Gabriela López Iñíguez, quien sí estuvo de acuerdo en que Lázaro forjó su fortuna con dinero negro, pero no así el orígen del mismo. López Iñiguez consideró que el juicio oral solo evidenció el vinculo del dinero con las maniobras de evasión impositiva, de acuerdo a lo que pudo saber Perfil.
En tanto que López Iñiguez también había votado por aplicar a Báez una condena de 7 años y medio de prisión, más cercana a la que finalmente recibieron los financistas Martín Eraso (4 años y medio) y Juan De Rasis (6 años), quienes facilitaron la colocación momentánea del dinero lavado en cuentas del banco suizo Lombard Odier.
Para la jueza que votó en disidencia, el juicio oral solo evidenció el vinculo del dinero con las maniobras de evasión impositiva
Según pudo saber PERFIL, en noviembre pasado comenzó a gestarse la decisión sobre la condena a Báez que se conoció finalmente hoy, después de una prórroga de dos semanas de la fecha en la que estaba pautada inicialmente. Por aquellos primeros días de febrero incluso hubo un zoom entre los tres integrantes del tribunal y varios diálogos en paralelo.
Sensación de triunfo en la fiscalía tras el fallo
Hoy, en la lectura del veredicto, a cargo de Costabel, y con varias cámaras de computadoras apagadas, podía verse en uno de los espacios de la pantalla de zoom al fiscal Abel Córdoba. En julio pasado, al momento de alegar, el fiscal había pedido una condena de 12 años de prisión para Báez y otra de 9 años de cárcel para su hijo mayor, Martín. El tribunal no sólo coincidió en ambos pedidos y otorgó esas penas sino que en la mayoría de los casos fueron en sintonía con los pedidos del fiscal.
Cerca de la fiscalía, reconocida por su bajo perfil, el fallo fue recibido con “conformidad y satisfacción”. Fueron más de dos años de debate en el que los fiscales lograron una condena “difícil y sin antecedentes en este tipo de delitos”.
En tanto que en tribunales también se celebraba que se había logrado un trabajo en consonancia con lo actuado en la etapa de instrucción, a cargo del juez Sebastián Casanello y el fiscal Guillermo Marijuán, quienes encabezaron el caso desde 2013 y aún tienen en sus manos causas conexas.
El Tribunal concedió casi todas las penas que había pedido el fiscal Abel Córdoba
El avance de la causa en instrucción, luego de la detención de Báez, ocurrida en abril de 2016, implicó que desde la entonces defensa de los hijos del empresario quisieran correr del caso a Casanello, con una falsa versión de que el magistrado había visitado la Quinta de Olivos, durante la gestión kirchnerista. Por el caso hubo una investigación y los dos falsos testigos terminaron en juicio abreviado y la justicia todavía intenta avanzar sobre los presuntos autores intelectuales de la maniobra.
Esa avanzada fue una de las situaciones con las que se buscó derribar la causa que finalmente llegó a juicio en octubre de 2018, con entonces 25 acusados, que luego treparían a 27 con la llegada de los dos financistas del banco suizo. Con parate intermedio por la pandemia de Covid 19 y reanudación de forma remota finalmente llegó el veredicto en el caso. Lejos del escándalo que podía haber significado una pena baja o una absolución, con multas millonarias y ordenes de decomiso, hoy empezó a cerrarse uno de los capítulos más escandalosos de la escena nacional reciente. Le esperan varias paradas en las distintas instancias del sistema penal argentino, pero eso será otra etapa a la que se llega con una condena fuerte.
CD/MC