Su última aparición pública había sido semanas atrás, cuando jugó un "picadito" junto al gobernador bonaerense, Daniel Scioli. Luego, y pese a los conflictos por el aumento repentino de los pasajes de subterráneo y el enfrentamiento entre "manteros" y comerciantes en la peatonal Florida de la Ciudad, el titular del Ejecutivo porteño estuvo corrido de la escena.
Hasta que la semana pasada circuló una foto suya que desató la polémica: según denunció la ONG La Alameda, en ella se lo ve a Macri, junto a su esposa, Juliana Awada, "dentro de un cabaret de (Raúl) Martins en México, más precisamente en Cancún en el prostíbulo Mix".
Se trata de un ex agente de la SIDE, acusado de regentear prostíbulos en Buenos Aires y México, y habría aportado fondos a la campaña del jefe de Gobierno para su reelección.
Sin embargo hoy, en una conferencia de prensa, Macri sostuvo rotundamente: "No lo conozco ni ha sido aportante de nuestra campaña".
Además, aprovechó para disparar un nuevo dardo en la interna con el gobierno nacional: "De este tema "tiene que ocuparse la ministra (de Seguridad, Nilda) Garré y el gobierno nacional" porque se investigan "delitos federales" como la trata de personas.
A su vez, Macri minimizó las pruebas presentadas por Lorena Martins, hija del supuesto capo proxeneta, al sostener que él puede "presentar 200 papeles que dicen" algo similar sin fundamentos.
"No hemos recibido ningún aporte y nadie lo conoce a este señor", agregó.
El titular del Ejecutivo porteño también se refirió al aumento de las tarifas del subterráneo, que luego de ser transferido a manos de la Ciudad aumentó un 127 por ciento.
Macri pidió a los trabajadores del subte que "colaboren para que el servicio funcione mejor" y volvió a justificar el aumento en la falta de "recursos genuinos" para cubrir el recorte de subsidio nacional.
"A todos nos gustaría no tener que aumentar", aseguró el mandatario comunal, quien además afirmó que su administración "velará para que la contratista (Metrovías) haga un buen trabajo".