Se le empieza a complicar al gobierno del Frente de Todos el manejo de la economía y la búsqueda contra reloj para solucionar la deuda y que la situación despegue, en un contexto de creciente desconfianza de los bonistas y un clima externo adverso por la crisis financiera del coronavirus.
Para evitar agravar el panorama, el Ministerio de Economía finalmente pagó ayer unos $ 26 mil millones del vencimiento del bono gatillo denominado Bogato.
En principio, el Bogato implicaba un pago de 74 mil millones de pesos, pero se canjearon esta semana cerca de 47.800 millones, para refinanciar ese título, en una operación que incluyó críticas a los que no ingresaron, tildados de “oportunistas” por la cartera oficial. Los 26.200 millones restantes estuvieron disponibles ayer de tarde, según comunicó la Caja de Valores a los agentes de Bolsa.
Sin embargo, en el propio Ministerio de Economía admitieron a PERFIL que el costo político y económico de reperfilar ese vencimiento menor en pesos era demasiado elevado. “No tenía sentido no pagar un vencimiento de este tipo, más teniendo en cuenta la situación de los mercados globales y el momento especial que tenemos en la Argentina, en plena negociación de la deuda privada y con el FMI”, resaltó uno de los principales funcionarios del gabinete económico.
Preparan el decreto para la renegociación de una deuda por US$ 70.000 millones con los bonistas
La negociación de la deuda en pesos, que incluye una serie de vencimientos de acá a mitad de año por $ 400 mil millones, implica un desafío permanente para el Gobierno que afirmó que buscará refinanciar o pagar, aun al costo de emitir y generar más presión sobre los dólares paralelos.
Verdes. La discusión de la deuda en pesos, en paralelo, genera ruidos y lecturas que afectan la reestructuración de la deuda en dólares bajo ley extranjera. En la última semana se sucedieron una serie de reuniones que mantuvo el ministro de Economía, Martín Guzmán, con los principales fondos de inversión, tenedores de deuda argentina y también con banqueros locales y extranjeros.
En todos los encuentros, admitieron fuentes del sector financiero, hubo roces en cuanto a la idea del Gobierno de imponer que los inversores “hagan su aporte” en pos del país.
Según comentaron tanto en el ámbito local como en Wall Street, el problema es que el Gobierno no les presenta un plan económico concreto a los inversores como una forma de darle una real sustentabilidad.
“Hablan de sustentabilidad, pero no hay ninguna proyección en cuanto al gasto, al balance de las cuentas públicas, a la emisión monetaria, a la inflación, al estado de la balanza de pagos del país, no hay prácticamente nada y así es muy difícil cerrar algo”, comentó un importante asesor financiero que trabaja para grupos inversores, quien en épocas anteriores se desempeñó como funcionario en Economía. En Hacienda, en tanto, manda el hermetismo y aseguran que todo va por buen camino. Subrayan la contratación del HSBC y el Bank of America como colocadores para el trabajo que viene.
Argentina está en una encrucijada por el vencimiento de deuda en pesos tras el swap
En ese contexto, el Gobierno está trabajando en un decreto para las próximas horas para terminar de consolidar cuál es el volumen de deuda que ingresaría al canje, que rondaría los US$ 70 mil millones.
El armado de la oferta y el avance del calendario de la deuda, que apunta para estirarse un poco más hacia abril, se enfrentan además con el temblor financiero global, que ayer hizo derrumbar las Bolsas (ver aparte). Aquí, el riesgo país superó los 2.500 puntos básicos y el dólar oficial cerró en $ 64,71, niveles récord de la era Alberto. El dólar con el recargo del 30% supera ya los 84 pesos.
FMI. Tampoco hay un clima fácil con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los enviados del FMI quieren que la Argentina vaya asegurando paulatinamente solvencia fiscal, algo que se pudo lograr con un cuadro recesivo, sin dudas, durante 2019.
La técnicos del organismo multilateral que estuvieron en Buenos Aires hasta ayer mantuvieron un absoluto hermetismo, ya que saben que en Washington el capítulo Argentina está generando fuertes cruces.
Tal como anticipó PERFIL días atrás, el Gobierno pretende lograr con el Fondo Monetario un acuerdo “intermedio”, es decir, que haya años de gracia para el pago de los vencimientos, pero sin llegar a un convenio de facilidades extendidas.
Pero en el propio seno del FMI, varios directores rechazan que se pueda llegar a un acuerdo de ese tipo y por lo bajo critican a su flamante titular, Kristalina Georgieva.