"Hoy lunes, vinimos a visitar a la iglesia de San Pedro una experiencia muy linda, nuestra plegaria estuvo presente por la paz de nuestro pueblo argentino", escribió Néstor Segovia en Twitter, donde fue relatando sus experiencias en la Ciudad Eterna. Tras darse a conocer esta noticia y la publicación de las fotos de su estadía en Roma, al titular de los metrodelegados le llovieron las críticas porque su gremio está en medio de un conflicto laboral.
"Quiero repudiar la manipulación mediática que están haciendo con mentiras. Primero que todavía no nos juntamos con el Papa. Y después yo no se cuál es la preocupación que un trabajador venga a Roma", dijo Segovia en la entrevista que le realizó Luis Novaresio por radio La Red.
En un largo monólogo, visiblemente alterado y hasta emocionado, el gremialista siguió explicando su viaje: "Yo soy cristiano, me fui a rezar a la Iglesia, tengo problemas de salud. Después de tanta discriminación que he recibido en Buenos Aires por los medios yo decidí venir acá y es algo muy personal mío. Ahora con los rumores que se están dando en Buenos Aires es probable que se nos caiga la reunión con Francisco".
Consultado sobre cómo financió el viaje, Segovia aclaró: "Yo tengo mi tarjeta de crédito que saqué por primera vez. Saqué mi pasaje ida y vuelta me salió 42 mil pesos que lo voy a pagar en 15 meses. Vine por mis propios medios y no soy de los usan la guita del Sindicato. No soy un vividor de los trabajadores. Al contrario. Mi visita a Roma es algo muy espiritual".
Segovia y Pianelli peregrinan a Roma mientras los metrodelegados paran
Segovia viajó a Roma junto al Secretario General de la Asociación Gremial de los Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) y Roberto Pianelli, y, publicaron fotos de su viaje que comenzó este lunes, mientras los metrodelegados retomaban las medidas de fuerza en el subte y el Premetro porteños, para reclamar a la empresa, a SBASE y a la Ciudad de Buenos Aires la reapertura de la mesa de paritarias.
"Me sentí muy mal. Me preocupa el odio visceral que hay hacia los trabajadores", explicó el gremialista. " Me duele mucho porque nos están utilizando como que somos delincuentes. Fui injustamente preso, la discriminación por ser gordo. Fue algo terrorífico. Soy muy cristiano. Tuve una reunión con los trabajadores del metro en Italia y fui a la Iglesia a pedir por mi vida como buen cristiano. Este viaje fue una decisión mía el día que estuve preso", concluyó.