Con mucha discreción, el arzobispo Jorge Scheinig, responsable de la homilía frente a Mauricio Macri y Alberto Fernández, se acercó a Fabiola Yáñez al concluir la misa y le dio el cáliz utilizado durante el acto religioso que unió al presidente saliente y el electo. José del Corral y Enrique Palmeyro, responsables de Scholas Ocurrentes, y Gustavo Beliz, secretario de Planeamiento Estratégico, venían hace semanas preparando la visita de Yáñez al Vaticano, como parte de una actividad de Scholas con primeras damas de América Latina, en coincidencia con el 50° aniversario de la ordenación de Jorge Bergoglio como sacerdote y la apertura de una sede de la organización educativa en el Vaticano.
Ayer, Yáñez le entregó al papa Francisco el recipiente litúrgico donde se había consagrado el vino de la Misa Por la Patria, un evento inédito que tras una campaña de fuerte crispación permitió unir a los dos políticos frente a la Virgen de Luján. Para la Iglesia argentina fue un importante logro producto del paciente trabajo del titular del Episcopado, Oscar Ojea, y monseñor Scheinig, del Arzobispado de Mercedes-Luján. El miércoles, la conducción del Episcopado realizará su saludo de fin de año con el Presidente. Será otra oportuniad de mostrar la buena relación.
Con el gesto de la primera dama se unían el acto religioso realizado en Luján el domingo pasado y el encuentro entre el ex cardenal Jorge Bergoglio y la Alianza de Primeras Damas. Voces informadas indican que el ex cardenal argentino duda en venir al país para evitar ser utilizado como parte de la grieta. Tal vez este gesto es también un mensaje de los obispos y la política para acercar el momento en que el primer ocupante criollo del trono de San Pedro vuelva a su tierra.
Fabiola Yáñez: la relación de la futura primera dama con los niños
Testigos directos del encuentro señalaron que Francisco se mostró muy amable con todas las primeras damas, contento por la celebración, y que tuvo un guiño de complicidad con la primera dama argentina al decirle que “estaba estrenando el cargo”. Ella le contó que los chicos del Hogar Teresita, en Luján, habían hecho la caja con la que le entregó el cáliz. Se animó, incluso a decirle que esperaba que el primer lugar que visite sea la Argentina, a lo que Francisco respondió con una risa.
Según consignó Télam, durante el encuentro con las primeras damas, del que participaron también las representantes de Paraguay, Silvina López; Belice, Kim Barroy; Colombia, María Juliana Ruiz, y Brasil, Michelle Bolsonaro (dato clave ante los gestos de acercamiento entre Fernández y Jair Bolsonaro), Francisco les dijo: “Yo todavía sueño con una América Latina unida y las mujeres son las únicas capaces de hacerlo”.
Entente cordiale. La misa, el discurso conciliador de Alberto en la Asamblea Legislativa y el encuentro de su pareja con Francisco marcan los primeros signos positivos de una nueva relación que parece comenzar con bases más sólidas que la de la anterior administración que tuvo, con una donación rechazada por Francisco a Scholas, su primer desencuentro. Como telón de fondo, la cercanía está marcada por un acuerdo que gestó el secretario de Culto, Guillermo Oliveri: Episcopado y Gobierno buscarán evitar que las diferencias por el aborto impidan una buena relación.
El tema estuvo ausente, tanto en la misa del domingo pasado como durante la asunción de Alberto. Fuentes –con sotana y sin ella– aseguran que no hay “un cálculo estratégico” ni mucho menos un compromiso de renunciar a la posición sobre este espinoso tema de cualquiera de las dos partes. Hay, admiten, un esfuerzo de evitar los temas que dividen. Ayer, el obispo Alberto Bochatey se salió de ese libreto con declaraciones muy duras, pero en el Episcopado aseguran que fue una iniciativa del obispo.