La oposición volvió a pedirle hoy al vicepresidente Amado Boudou que se aparte como titular de la Cámara alta, al asegurar que su presencia en el recinto "le hace daño" y "entorpece el funcionamiento del cuerpo" a raíz de los "procesamientos" del funcionario nacional en varias causas.
"Su presencia entorpece el funcionamiento (de las sesiones); queremos que el cuerpo y el Frente para la Victoria consideren el proyecto de resolución que hemos presentado para suspenderlo a usted para presidir las sesiones del Senado", expresó el jefe del bloque de senadores radicales, Gerardo Morales, al iniciarse el debate en ese cuerpo.
En tanto, el socialista Rubén Giustiniani le pidió a Boudou que "dé un paso al costado hasta tanto la Justicia dictamine su culpabilidad o inocencia" en sus procesos judiciales, postura que, puntualizó, adhieren el radicalismo, el Frente Amplio-UNEN y la Coalición Cívica.
Por su parte, el legislador de la alianza Frente Cívico, Luis Juez, sostuvo que Boudou "no está en condiciones de conducir este debate" y somete "a todos, pero particularmente a la República y a las instituciones, a un momento complicado", y su "desprestigio lo traslada al Parlamento".
"No le estamos pidiendo que se haga el Harakiri, sino que se someta a la Justicia", le dijo y agregó que "da la sensación que a usted le importa tres bledos" esta situación.
No se va. El oficialismo rechazó el pedido de los bloques de la oposición para que el vicebiprocesado sea suspendido y deje de encabezar las sesiones. "Usted forma parte del Ejecutivo, no es un senador. Lo recomendable es que lean el reglamento interno de la Cámara", planteó el titular del bloque del Frente para la Victoria, Miguel Ángel Pichetto.
El senador K Salvador Cabral fue más allá y acusó al radicalismo y al socialismo de tener "las manos manchadas de sangre del pueblo", al involucrar a esos partidos, entre otros hechos, en el bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955 y a los fusilamientos de José León Suárez en 1956. Las acusaciones del legislador por la provincia de Misiones fueron rechazadas a los gritos por Morales.