La primera pelea que tendrá que dar Mauricio Macri de cara al futuro político de su Gobierno será el Congreso. Para ello, hoy dio una primera muestra de lo que será una batalla compleja: el jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunció que no están previstas “sesiones extraordinarias” hasta marzo.
La definición exhibe la complejidad con la que se encontró el flamante titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, ni bien desembarcó: un kirchnerismo que se presenta como un férreo opositor. Similar escenario encontró Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, donde el peronismo tiene mayoría.
En este contexto, Macri decidió intentar avanzar con una serie de proyectos en todos los ministerios sin pasar por el Congreso por el temor a sufrir una derrota parlamentaria que debilite sus primeros meses de gestión. “Sólo vamos a ir al Congreso si es absolutamente necesario, si no, hasta febrero no habrá sesiones”, explica a PERFIL una importante fuente legislativa del PRO.
En este marco, la misma fuente apunta que “va a haber una construcción muy artesanal: uno por uno en cada sesión y vamos a estar muy justos con el quórum”.
Por lo pronto, durante diciembre y enero Monzó y Pinedo, quienes además manejan administrativamente la “caja” del Congreso, se dedicarán a construir consensos. En principio, en Diputados el PRO se aseguró tres comisiones: Presupuesto (Santiago Laspina), Asuntos Constitucionales (Pablo Tonelli) y Finanzas (Eduardo Amadeo)