El debut de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el banquillo de los acusados dejó una foto histórica y decenas de dudas. ¿Era el lugar dónde debía sentarse? ¿Por qué no fue ubicada en primera fila como Lázaro Báez o Julio De Vido, también acusados en el caso? ¿Fue planificada su ubicación cerca, pero blindex mediante, de Estela Carloto, de Abuelas de Plaza de Mayo, quien fue a apoyarla? Las preguntas se sucedieron puertas afueras de los tribunales federales de Retiro, donde la preocupación central pasó por otros carriles, según pudo reconstruir PERFIL.
“Es un juicio enorme, con maniobras graves, decenas de obras en la mira, 13 personas acusadas, entre ellas la ex presidenta, que además es candidata a vicepresidente, la verdad que el tema de la ubicación no era una prioridad”, sostuvieron parte de las fuentes consultadas. Al tiempo que reconocieron que si es eso fue tema de conversación en algún momento, lo fue antes de la semana pasada, cuando no había estallado la marcha y contramarcha entre la Corte y el Tribunal Oral Federal 2, que puso en vilo el inicio del debate.
Todas las fotos del juicio oral a Cristina Fernández de Kirchner
Según pudo saber este medio se acordaron lugares, pero la disposición no fue estricta y podía tener modificaciones. Fue así como la ex presidenta se sentó al fondo, acompañada a cada uno de sus lados por sus defensores Carlos Beraldi y Ary Llenorvoy. Lejos de los acusados restantes y sin siquiera cruzar saludos, usó su celular durante las casi tres horas de audiencia. De fondo estaban Carloto y Tati Almeida, de Plaza de Mayo, dos personas con una trayectoria indiscutida en la lucha por los derechos humanos. Aunque aseguran que fue casual, hay dudas sobre que haya sido inocente la elección. “La foto las muestra con ellas de fondo, justo dos personas impecables, luchadoras por los derechos humanos. Son incuestionables. No se puede decir lo mismo de la mayoría de los personajes que la acompañaron y que nadie querría en su foto”, completaron otros.
Lo que sí fue motivo de comunicaciones y planificaciones entre los distintos responsables de la organización del debate fueron las situaciones de Lázaro Báez, Julio De Vido y Carlos Santiago Kirchner, por un lado, y la del ex secretario de Obras Públicas, José López. Mientras que los tres primeros están detenidos y deben ser custodiados en todo momento por efectivos del Servicio Penitenciario Federal (SPF), López está a cargo del Programa de Protección de Testigos e Imputados del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Apartado de los otros acusados, José López se mostró sonriente en el comienzo del juicio
En todos los casos se debían seguir estrictos protocolos de seguridad. Por eso los tres primeros fueron ubicados en la primera fila, custodiados, y con un canal de salida corroborado previamente. López por su parte estaba separado de los doce acusados restantes. Se lo ubicó en la fila de los acusadores: fiscalía y querellas. xxxx A un pasillo de distancia de sus compañeros de banquillo y sus respectivas defensas y aunque fue una ubicación por protocolo de seguridad, no quedó exenta de dobles lecturas. López, detenido desde hace casi tres años, con bolsos con cerca de 9 millones de dólares, rompió el silencio hace varios meses en los cuadernos de las coimas, y apuntó a varios de los presentes.
CD EA