POLITICA
la estrategia del oficialismo hacia octubre

Ultra-polarización, el plan de Macri para llegar a 40 puntos en todo el país

En Cambiemos buscarán nacionalizar la pelea con Cristina en la Provincia para sacar rédito del rechazo al kirchnerismo. Creen que así podrán atraer a los votantes de otros candidatos.

Nuevas metas. Para las PASO, Macri y su equipo pretendían alcanzar el 35% a nivel nacional. Ahora el número mágico es 40%.
Nuevas metas. Para las PASO, Macri y su equipo pretendían alcanzar el 35% a nivel nacional. Ahora el número mágico es 40%. | DyN

En La Pampa hace 34 años que no pierde el PJ. Un “pendejo desconocido”, como lo llamó Mauricio Macri a Martin Maquieyra (28), le ganó al gobernador peronista Carlos Verna. Un auténtico “leading case”. La clave: la polarización que se extendió desde la provincia de Buenos Aires con el manto de la candidatura de Cristina Kirchner, y la nacionalización de la elección provincial que planteó Verna.

Este será uno de los ejes fundamentales que el Gobierno planteará camino a octubre: ser la opción al kirchnerismo bajo la marca Cambiemos y nacionalizar las disputas provinciales. Polarización para todos, podría resumirse. En ese contexto, en la Casa Rosada ya tienen un número mágico para las elecciones: alcanzar el 40 por ciento a nivel nacional.

Así como el jefe de gabinete, Marcos Peña, pretendía un 35 por ciento para las PASO (y lo superó), ahora los estrategas que trabajan con el presidente se ilusionan con teñir de amarillo (en rigor con una paleta de colores de Cambiemos) el mapa electoral ratificando las 10 provincias con triunfos de las primarias y sumar, al menos, Santa Fe y  Buenos Aires. Además, pretenden mejorar en el norte y en varias provincias del sur para alcanzar el nuevo número mágico.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

“Vamos a apelar al rechazo al kirchnerismo en todo el país”, revela a PERFIL uno de los integrantes de la mesa nacional de campaña. Además de La Pampa, en el macrismo aseguran que hubo varias provincias en las que los triunfos también se explican con el antikirchnerismo. Por caso, en Córdoba, donde el gobernador peronista Juan Schiaretti perdió con el ex árbitro Héctor Baldassi y volvió, como en 2015, a sonreírle a Macri, el fenómeno anti K es muy fuerte. En Capital quizás se dio el apogeo de esta hipótesis: Elisa Carrió, denunciante de CFK, llevó al récord el porcentaje de votos para el macrismo.

A la caza. En este contexto, ahora la idea del oficialismo es ir a buscar a aquellos que eligieron otros candidatos pero que tienen como segunda opción a Cambiemos y también a aquellos que no fueron a votar en las PASO. En este último punto un dato distintivo marca esta estrategia a futuro. Un estudio de Jaime Durán Barba que enamoró al Presidente asegura que ocho de cada diez de los que no fueron a votar podrían optar por Cambiemos. Se trata de más del 20 por ciento del electorado. Algo similar le sugirió Isonomía, una de las consultoras más respetadas en la Casa Rosada. Según ese informe, los votos duros de Cristina son de aquellos que participaron sí o sí en las PASO. Es un votante activo, enojado con el Gobierno y muy politizado. Acaso por ello, como anticipó PERFIL, el oficialismo estaba muy atento al nivel de participación de las primarias. Bajo ese punto de vista, acorde a lo que se desprende del informe, le será más difícil pescar votos ajenos a la ex presidenta y a los adeptos al kirchnerismo que a otras fuerzas. Ese mismo estudio de Isonomía asegura que 7 de cada 10 votantes de Sergio Massa podrían votar a Esteban Bullrich y solo el 10 por ciento podría hacerlo por CFK.

Al igual que en las primarias, Peña volvió a apelar esta semana a fortalecer las ocho provincias que eligen senadores. “Tenemos que meter dos o al menos uno para ganar gobernabilidad en el Senado y no depender tanto del PJ”, acota un funcionario que recorre el país con la bandera de Cambiemos. El escenario en ellas no es el ideal: ganaron tres (Jujuy, Santa Cruz y San Luis), quedaron cerca en una (Buenos Aires) y podrían quedar segundos en el resto.

Algunos dirigentes del oficialismo también esperan con ansias el resultados final en la Provincia. Las denuncias por las demoras en el escrutinio arruinaron el pedido que había realizado a comienzos de mes el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez, para concurrir como “observador” a las elecciones en Noruega el 11 de septiembre. Ni Les Luthiers lo hubieran imaginado para sus shows.

Otro punto será la presencia de la gestión. En especial, las obras públicas (rutas, cloacas, agua potable, vivienda). El modelo que Macri había aplicado en la Ciudad, que podría resumirse en “vender la gestión”. La Provincia ya comenzó con esta estrategia bajo las órdenes de María Eugenia Vidal y su jefe de campaña, Federico Salvai. Dos de los ministros con mayor cantidad de obras en el país, Rogelio Frigerio (Interior) y Guillermo Dietrich (Transporte) estarán más activos que nunca recorriendo el país con candidatos y funcionarios. Entre ambos prevén invertir más de $500 millones por día en obras públicas. En el caso de Frigerio, recientemente incorporado a la mesa chica política, su distrito, Entre Ríos, le dio una buena noticia: el radical, Atilio Benedetti, ganó las PASO al gobernador peronista Gustavo Bordet.

De todas maneras, en las usinas oficiales remarcan que será importante ver si la tan mentada recuperación económica comienza a llegar al conurbano bonaerense y a otros sectores postergados para octubre.

Pero no son todas buenas entre los funcionarios que piensan la campaña de Cambiemos. Esta semana analizaban que había dos áreas a mejorar fuertemente: por un lado el norte del país y por el otro, varias provincias del sur.

En el primer caso, en tres provincias se esperaban mejores resultados. Se trata de La Rioja, Tucumán, y Formosa. En las dos primeras compitieron los ex ministros Julio Martínez y José Cano. En el tercer caso, mejorar en el feudo de Gildo Insfrán. A esta lista del norte se le suman las derrotas en Santiago del Estero y Chaco, con la radical Aida Ayala, ex funcionaria de Interior.

En el sur, ni Chubut ni Tierra del Fuego ni Río Negro le dieron un buen resultado al Gobierno. Como contrapartida, en Santa Cruz con el radical Eduardo Costa, al igual que en Neuquén (con una derrota histórica del Movimiento Popular Neuquino) hubo buenas noticias para el oficialismo.

De todas maneras, el escenario está abierto. Por eso, el mensaje que le bajó Macri a sus candidatos ganadores, y también a su mesa política, fue “no relajarse” y, tras unos pocos días de vacaciones, volver a la campaña.


En Provincia, irán desde el interior al Conurbano

En la Provincia el oficialismo ya empezó a diagramar cómo seguirá la campaña electoral post PASO. Una de las primeras definiciones que dejó María Eugenia Vidal antes de partir a descansar al sur fue que la primera quincena de septiembre se enfocarán tanto sus funcionarios como los candidatos en trabajar en la gestión. Eso supone, además, bajar el nivel de visibilidad que llegó al paroxismo en la última semana para Vidal y el G5, el pool de candidatos que anima con Esteban Bullrich a la cabeza.

Por ello, la semana pasada se acordó trabajar desde “afuera hacia adentro”, es decir, desde el interior hacia el conurbano progresivamente con el proceso de instalación de los candidatos. Esta vez con temáticas acordadas y con contenidos. Recién después de mediados de septiembre arrancará de nuevo la campaña con los escenarios 360 grados y las propuestas.

Otra clave de la elección bonaerense volverá a ser el trabajo de los “sin tierra”, los candidatos en municipios que no gobierna Cambiemos. Entre ellos, los de la primera sección, como Alex Campbell (San Fernando) o Lucas Delfino (Hurlingham).