Cristina Kirchner decidió profundizar su guerra contra la corporación judicial y eligió para la tarea a Carlos Zannini, el hombre más influyente del Gobierno nacional.
La embestida tiene como principal objetivo la figura de Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema. En el máximo tribunal están los expedientes que más preocupan a la Casa Rosada, como la Ley de Medios o el pedido de algunas provincias para salirse del pacto fiscal –el acuerdo a través del cual financian el déficit de la Anses–.
Zannini es el secretario de Legal y Técnica y lleva más de dos décadas en el kirchnerismo. Este hombre, que pertenece al círculo íntimo presidencial, fue el que promovió a Lorenzetti para que llegara a lo más alto de la Justicia (se conocían por el ejercicio de la profesión). Ahora es el encargado de desgastarlo, porque conoce todos sus secretos.