Hace ya tiempo que Britney Spears tiene la intención de emanciparse totalmente de su padre Jamie. Desde 2008, año en el que la artista tuvo serios problemas de adicciones, él y un abogado se convirtieron en “sus guardianes legales”. Pero en 2019 ese abogado renunció y el padre de la cantante quedó como único responsable de sus ingresos económicos y cuestiones administrativas. La cantante, de 38 años, quiere que esa situación cambie y busca que un grupo de profesionales se hagan cargo de esos asuntos. Para lograrlo debió iniciar una causa en la Corte de California y este miércoles esa institución le otorgó su primera “victoria” en esta batalla.
La Jueza a cargo de la demanda aceptó que la artista tenga su propio equipo de abogados para enfrentar la situación de la tutela. Hasta ese momento era su padre quien elegía a los representantes legales pero eso cambiará de ahora en adelante. Además, esa decisión parece ser la antesala para que Britney Spears finalmente pueda emanciparse de él. “Ella cree que lo mejor es que un equipo se encargue de estos asuntos no sólo por su bienestar sino también por el bienestar público. Quiere que sus ingresos económicos sean tratados de la forma más abierta y transparente posible”, aseguró Samuel Ingham, el abogado que presentó el pedido y quien la representará.
Jamie Spears se opone terminantemente a que su hija se emancipe de él. Los seguidores de la cantante establecieron un hashtag en redes sociales llamado #FreeBritney (Liberen a Britney) porque creen que su padre solo quiere continuar en ese rol por los 130 mil dólares anuales que cobra por ser su tutor. Sin embargo, él señala que desde que es el “guardián legal” de su hija, ella mejoró considerablemente su estado de salud y sus ingresos económicos.
Por su parte, Britney Spears se muestra decidida a emanciparse de su padre y así lo deja ver en los escritos que presentó en la Corte de Los Ángeles. Con su propio equipo de abogados encargándose de esa tutela todo indicaría que en los próximos meses lograría su objetivo. No sería ella quien se ponga frente a los asuntos económicos sino un equipo de profesionales expertos en cuestiones impositivas. "De esa manera, ya no habría inconvenientes familiares que generen desconfianzas entre ellos", aseguró Ingham.
CP
