Desbastada pero entera. Así describen a Mirtha Legrand quienes están cerca suyo en éste –definen también– “el momento más complejo de su vida”. A lo largo su larga carrera la conductora atravesó situaciones emocionales muy fuertes, como por ejemplo cuando falleció su marido y su hijo. Con una mirada positiva de la vida, la vitalidad de Mirtha fue un antídoto para atravesar gobiernos constitucionales y dictaduras, como así también pasar por varios canales y lidiar con dueños de medios. Sin embargo la conductora nunca se topó con tantas decepciones juntas. A la muerte de su hermano, José Martínez Suárez en agosto del año pasado, se le sumó ahora la de Goldy, su entrañable hermana. Como si fuera poco, ésta perdida la tomó de sorpresa, en medio de una pandemia y sin poder conducir las mesazas que tanto le gusta.
“El gran problema será si Mirtha no vuelve a la televisión”, define en forma tácita alguien que la conoce desde hace muchos años. La máxima, que define el espíritu de la diva, se cuela hondo en sus pensamientos en un momento donde la angustia y la elaboración del duelo mandan.
Según contó su hija, Marcela Tinayre, de todas formas -por ahora- no piensa en volver a la televisión. “En cualquier cabeza hay que analizar lo que te pasó, sin verlo (…) Ella tiene que recomponerse, como tenemos que recomponernos todos porque ha sido muy fuerte”, expresó en el programa Los Ángeles de la Mañana
“Está bien ella, de a ratos llora. Pero está bien y entera, con mucha fuerza interior, extrañando mucho a su hermana y acompañada por Marcela", cuentan Según dicen, su hija se está quedando a dormir en su casa la mayoría de las noches. Durante el día, Elvira es quien la ayuda en todo. Elvira sabe todo. "Lo hace todo, lo de la casa, las compras del súper. Elvira sabe qué decir cuando Mirtha está mal, qué sugerirle de comer o cuando es bueno o no recordarle algo”, grafican sobre esta empleada ya histórica que tiene Legrand.
Marina Calabró contó el secreto mejor guardado de Mirtha y Goldie
Elvira es a Mirtha como Rosy lo es a Goldy. Rosy es quien desde hace muchos años atendía en casa de la hermana de Mirtha. Antes de la cuarentena, la empleada viajó a Perú para visitar a sus parientes, lugar donde tuvo que quedarse una vez cerradas las fronteras en medio de la evolución del Coronavirus. “Mirtha sigue teniendo a Elvira por suerte”, razonan cerca de la diva.
“Goldy murió de tristeza”, dijo hace unos días Héctor Vidal Rivas, amigo de la familia, haciendo referencia a lo golpeada que quedó la melliza cuando falleció José Martínez. ¿Mirtha puede pasar por lo mismo ahora con la partida de su hermana? ¿Qué tanto le influye el solo hecho de que no pueda hacer su programa? ¿Cuánto pesa en ella la sobrecarga de información sobre el Coronavirus? ¿Qué tanto le teme siendo factor de riesgo? Los que hablan con ella aventuran: “Mirtha es más fuerte”.
Goldie recibió el último adiós de Mirtha a través de una videollamada
Legrand pasa sus días hablando mucho con sus amigos por teléfono y Whatsapp, herramienta tecnológica que le resulta útil y cómoda. Conversa con sus nietos, Nacho y Juana, quienes están llevando adelante su nave insignia en TV, aunque ninguno de los dos entra a su casa. Mirtha no dejó su rutina de levantarse temprano, leer diarios y portales, escuchar la radio. “Está informada como siempre por más que esté golpeada por el combo de situaciones”, explican. Dicen los que la conocen que no poder despedirla el sábado pasado, sigue siendo una daga que tiene en el pecho.