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Juliana Awada mostró su mansión de la Patagonia Argentina: simpleza, materiales sustentables y la infaltable huerta

La serenidad del espíritu nórdico inspira este refugio, donde los ventanales enmarcan la exuberante naturaleza. Por primera vez, la esposa de Mauricio Macri abre las puertas de este santuario sostenible, destacando su armonía con el entorno.

Juliana Awada en su casa de la Patagonia
Juliana Awada en su casa de la Patagonia | Instagram Juliana Awada

Hace tres décadas, Juliana Awada experimentó un viaje transformador a la Patagonia, cortesía de su hermana mayor y su cuñado, el arquitecto Alberto Rossi. Acompañada por su madre, a los 22 años, quedó cautivada por la región desde el momento en que puso pie en ella. “Desde ese día que llegué, me enamoré, ¿sabes cuando un lugar te deja sin aire?, pregunta con una sonrisa radiante.

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Desde entonces, la diseñadora y empresaria textil argentina supo que aquel sería un destino al que querría regresar una y otra vez. Convenció a su esposo, el expresidente argentino Mauricio Macri, para explorar la zona y, por casualidad, descubrieron un terreno en el paradisíaco entorno de Villa La Angostura. Finalmente, adquirieron una parcela frente al lago; un espacio sumamente protegido y difícil de encontrar.

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Juliana Awada en su casa de la Patagonia
Instagram Juliana Awada

“Mauricio, que no era de este lugar, se enamoró igual que yo y hoy es también su sitio en el mundo. Finalmente, compramos esta superficie sobre el lago; es un área muy protegida y es complicadísimo encontrar algo así. Aquí quisiera pasar el resto de mis días, mi futuro, mi vejez", contó emocionada a la revista AD en la edición española. 

 

Juliana Awada en su casa de la Patagonia
Instagram Juliana Awada

Tras haber adquirido la parcela, Juliana Awada hizo un pedido a su cuñado, encargado del diseño de la casa, fue que no se talara ningún árbol. "Lograrlo fue casi una misión imposible", admite Rossi, de Estudio Du. Para cumplir con este requisito, idearon una planta y un proyecto con volúmenes separados, de modo que pudieran respetar la ubicación de los árboles, uniéndolos con conectores "como si fueran puentes", explica el arquitecto. Además, añade que "en esta región de Argentina se presta mucha atención a la preservación del bosque y la naturaleza, por lo que era crucial realizar un estudio de impacto ambiental".

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Una vez constituida la decisión de la construcción, Juliana formó un equipo de profesionales excepcionales: su íntima amiga, la diseñadora de interiores Daniela Galitó, junto con las paisajistas Martina Barzi y Josefina Casares, quienes fueron discípulas de John Brookes. Desde el inicio, estas colaboradoras contribuyeron a convertir las ideas de Awada en realidad. Según las expertas, la ex Primera Dama propuso referencias de una arquitectura nórdica y, desde el inicio, tuvo claro que quería que el cuero utilizado en la casa fuera negro, para que se integrara a la perfección en el paisaje.

Juliana Awada en su casa de la Patagonia
Instagram Juliana Awada

En la sala, se combinan sofás de cuero de vaca con textura natural con linos arpilleros teñidos a mano. Las alfombras de lana pura y los muebles hechos de maderas quemadas se transforman en mesas, consolas y soportes para lámparas, todas adornadas con detalles de cuero pergamino. “Juliana es una fanática de la vegetación, por eso era algo muy importante que el entorno estableciera un diálogo con el interior de la vivienda”, explica Rossi.

Juliana Awada en su casa de la Patagonia
Instagram Juliana Awada

Optaron por revestir la fachada con paneles de fibrocemento. Según el arquitecto, este material perdura en el tiempo sin necesidad de pintura ni mantenimiento, además de resistir las condiciones meteorológicas adversas. Además, diseñaron los techos para recoger el agua de lluvia, que luego se utiliza para el riego. El proyecto fue minuciosamente planificado desde el punto de vista ambiental.

Jualiana Awada decidió poner a la naturaleza en primer lugar

La majestuosidad del entorno natural y la paz que emana del lago, visible a través de los ventanales, se fusiona con el interior de la casa. En este espacio, la simplicidad reina: no hay cuadros ni excesivos adornos. Las paredes están revestidas con madera de roble de Eslavonia. . “Me gusta la belleza de las cosas sencillas. Todo es muy armonioso, sin ostentaciones, e integrado en la naturaleza. Siento que representa mi esencia” confiesa Awada. Las principales estancias están adornadas con artesanías del norte de Argentina: lámparas colgantes hechas con vasijas de barro, tejidos naturales elaborados a mano y muebles tallados en madera.

Juliana Awada en su casa de la Patagonia
Instagram Juliana Awada

Elementos como la vajilla, procedente de un taller en Buenos Aires que ofrece oportunidades laborales a personas con discapacidad, ahora ocupan su lugar en la cocina. Este espacio fue concebido como el epicentro del hogar, donde Juliana se reúne con familiares y amigos mientras demuestra sus habilidades culinarias como una anfitriona ejemplar.

En el jardín, además de vegetación autóctona, florecen las hierbas aromáticas que Juliana utiliza para cocinar, como el orégano, el romero, la salvia o la menta. Por la tarde le gusta salir a contemplar el lago con su matecito y, más tarde, cenar a la luz del fogón. Sin embargo, otro de los puntos primordiales para la empresaria es la huerta. En ella, la esposa de Mauricio Macri recolecta: rúcula, lechugas, espinacas, acelgas y col rizada brotan en los cajones.

Juliana Awada en su casa de la Patagonia
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Para finalizar, Juliana Awada no dudó en enumerar las cosas que día a día le conquistan del lugar:   “Hay un silencio sepulcral en este lugar. Cuando te metes en el agua a remar con la barca, con un mate, sientes toda la paz de esta naturaleza inmensa y la belleza de este paisaje. ¿Sabes otra cosa que me gusta de acá? Que cada vez que vengo nunca dejo de maravillarme”.

JCCL