"Nosotros no tuvimos ninguna ayuda, por ende, estamos a la deriva desde el 16 de marzo", dijo Hernán Arena, calesitero de Paseo Vaamonde, en diálogo con RePerfilAr, quien desde que se decretó el aislamiento social, preventivo, y obligatorio por la pandemia de coronavirus, está sin poder trabajar, a la espera de obtener "el permiso para abrir".
En las principales plazas porteñas hay 53 calesitas, que permanecen cerradas desde ese entonces, sin embargo, "en todos estos meses siguió llegando la boleta de luz con un cargo estimado", expresó a este medio Carlos Pometti, secretario general de la Asociación Argentina de Calesiteros y Afines porteños. Y agregó: "Tenemos que seguir pagando seguros, y el servicio de las ambulancias por si alguien se lastima. Todo eso lo seguimos pagando".
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Por su parte, Hernán Arena, contó la difícil situación que atraviesan por no haber obtenido "ninguna ayuda", y remarcó: "El 10% o menos calificó para el IFE, el resto no calificó para nada".
Federico Pometti, que trabaja de calesitero en Plaza Terán, y desde hace años junto a su familia se dedica a esta actividad a la que considera como algo "normal" dijo: "Me pregunto si no será el momento de poder retomar con un protocolo". En ese sentido, remarcó que "se extraña mucho" la música, los gritos, y las sonrisas, "eso es lo que nos parte el alma".
Y agregó: "Es un trabajo muy gratificante porque todo el tiempo estás en contacto con la alegría de los chicos. Siempre me voy de bueno humor de acá, hace mucho tiempo que no tengo eso y lo extraño un montón". En la misma línea, Hernán Arena, que es hijo y nieto de calesiteros, es decir, tercera generación en e rubro, expresó que "se hace costumbre, y una pasión".
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Mientras tanto, los niños quienes demuestran sus ganas y el deseo de volver a subirse al juego infantil cuando pasan cerca de esta, tendrán que seguir esperando, ya que se estima que recién puedan volver a reabrir a partir de la Fase 4 de flexibilización de la Ciudad de Buenos Aires.