Un llamado al 911 es investigado en el marco de la muerte de Emmily Rodrigues, la joven brasileña que falleció el 30 de marzo tras caer del sexto piso de un departamento situado en el barrio porteño de Recoleta, que pertenece al empresario Francisco Sáenz Valiente, único imputado en la causa.
Se trata del segundo llamado que Sáenz Valiente realizó al 911 esa mañana para alertar sobre la situación.
Qué dice el segundo audio que trascendió
“Juli, la puta madre, no lo puedo creer”, dice Sáenz Valiente. “Hola, hola”, replica la operadora, tras varios segundos de silencio. “La concha de la lora”, no la pude agarrar”, exclama luego.
Cuando nombra a “Juli” se refiere a Juliana Magalhaes Morao, otra mujer brasileña que fue testigo de la escena en la que Rodrigues cayó del piso seis.
El resto del audio es confuso. “Hola, me estás escuchando”, insiste la operadora. Sáenz Valiente jadea, respira fuerte.
Luego, un policía entra en la escena. “¿Qué tal, oficial? Se cayó, la puta que me parió”, sigue el empresario. “Llamen una ambulancia, por favor”, continúa. El teléfono sigue encendido; la comunicación continúa. Sáenz Valiente pide una y otra vez por Magalhaes Morao. “Respira”, se escucha la voz de otro hombre.
El próximo lunes 22 de este mes, la Justicia definirá la situación del empresario. Es que luego que se dictara la falta de mérito para procesar o sobreseer a Sáenz Valiente, que pasó tres semana detenido por el hecho, los fiscales Santiago Vismara y Mariela Labozzetta, apelaron la decisión, ya que acusan al empresario del delito de femicidio y de ofrecer las sustancias que llevaron a Emmily a la posible crisis que desembocó su muerte.