Las investigaciones científicas no cesan y el equipo de Matthew Campen, profesor de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Nuevo México, publicó en la más reciente edición de la revista Toxicological Sciences un estudio que revela que los testículos humanos contienen microplásticos que podrían plantear un peligro especial para los hombres.
Los niveles de estos pequeños trozos son tres veces mayores que los observados en testículos de animales y las placentas humanas.
Ahora, los especialistas investigan si estos microplásticos tienen injerencia en la infertilidad, en el cáncer testicular o en otros tipos de enfermedades.
Una vez dentro del cuerpo, estas minúsculas partículas pueden invadir células y tejidos en los órganos principales, interrumpiendo procesos celulares y potencialmente depositando sustancias químicas disruptoras endocrinas.
Los niveles más altos se ven entre los 20 y 45 años y, presuntamente, caerían luego de los 55.