La Corte Suprema de Justicia aceptó el pedido del per saltum que solicitaron los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli, cuyos traslados habían sido revocados por el Senado. En el contexto, en diálogo con RePerfilAr, el periodista y CEO de Perfil Network Jorge Fontevecchia analizó la puja de poder que se mide entre el Gobierno y el máximo tribunal de justicia.
“El tema que se está discutiendo aquí no es el de los tres jueces sino la capacidad del Poder Judicial ponerle límite al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo”, detalló el periodista. Y remarcó que “parece esencial poder entender esa diferencia”.
“Quería ir al origen de lo que se llama el estado de derecho y la frase de Montesquieu de que ‘toda persona que tiene poder se inclina a abusar del mismo y va hasta que encuentra límites’. Para que no se pueda abusar del poder hace falta que por la disposición de las cosas, es decir de las propias leyes, el poder detenga al poder”, dijo.
La Corte Suprema puso en pausa los traslados de Bruglia, Bertuzzi y Castelli
Para Fontevecchia: “La actuación de la Corte Suprema de Justicia en la historia de la Argentina, es realmente muy triste. A lo largo de la historia de la Argentina ha sido responsable, muchas veces, de que la democracia no sea plena”.
En este sentido, recordó un momento polémico del máximo tribunal de justicia: “El primer caso es de la Corte Suprema de Justicia en 1930 con el Golpe de Uriburu. En ese momento los jueces eran Figueroa Alcorta, Roberto Repetto, Ricardo Guido Lavalle, Antonio Sagarna y el procurador general se llamaba Horacio Rodríguez Larreta. Se había producido el Golpe de Uriburu y lo que dice la Corte textualmente es ‘que el Gobierno provisional que acaba de constituirse en el país es un Gobierno de facto cuyo título no puede ser judicialmente discutido con éxito por las personas en cuanto ejercita la función administrativa y política derivada de su posición de la fuerza como resorte del orden y la seguridad social’. No puede ser puesta en juicio por éxito porque tiene la fuerza”.
Asimismo, si la reacción de la Corte hubiese sido distinta en 1930, "la historia de la Argentina sería totalmente diferente. En los distintos golpes aprobaron siempre que el golpe era legítimo y en 1976 ya directamente es divertido y trágico. Las fuerzas armadas relevaron a la unión de la corte, nombraron nuevos miembros y los hicieron jurar respetando los objetivos básicos fijados por la junta militar, el estatuto para el proceso de reorganización nacional y la Constitución Nacional, en tanto no se oponga a ellos”, indicó.
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“A partir de Alfonsín empieza a haber una discusión sobre la división de poderes en un momento en el que el mundo, los Ejecutivos se hacen más fuertes. Si uno va a la historia de las sociedades, el rey era la Corte Suprema. A partir de 1600 comienza, en Inglaterra y Francia, la idea de tener una división con un legislativo que fuera independiente del rey y luego un judicial que fuera independiente de los otros dos”, dijo Fontevecchia.
"Es el Poder Judicial el que garantiza la división de poderes". En este sentido, repasó casos donde el judiciario garantizó la división de poderes como la ley de Matrimonio Igualitario en Estados Unidos, el Lava Jato en Brasil y el Mani Pulite en Italia. Para cerrar advirtió: "Uno de los problemas de la Argentina en la falta de división de poderes y el funcionamiento pleno de la democracia es la necesidad de que la Corte Suprema de Justicia y la justicia en general pueda ponerle limites a los otros poderes".
I. R. A