Israel es un país líder en innovación. La mayoría de las empresas se desarrollan con una base tecnológica de alto valor y son impulsadas por cuatro instituciones: el Ejército, las universidades, el gobierno y el sector privado.
Como resultado de ese trabajo conjunto surgieron tecnologías disruptivas. Dentro de la producción de alimentos, trabajan en la polinización artificial de frutales. Mediante mecanismos electrostáticos, las flores son “ordeñadas” para extraerles el polen, que se recolecta y se utiliza para fecundar otras flores.
También están avanzando en los desarrollos de "food tech". Hay empresas que hacen impresión de carne 3D. La máquina imprime el bife utilizando un cartucho de fibras musculares y otro de grasa que se producen en forma separada, con una alta capacidad de fabricación diaria.
Otras empresas tomaron el camino de la carne cultivada, sobre la base de la reproducción celular, en el que se incluye también una parte de proteína vegetal para reducir costos.