La Organización Mundial de la Salud (OMS) evalúa considerar como potencialmente cancerígeno al edulcorante que se utiliza en las bebidas.
Se trata del aspartamo que se utiliza en la industria alimentaria desde los años 80, y es junto a la sacarina uno de los edulcorantes más utilizados.
Suele estar presente en bebidas dietéticas, caramelos, yogures, té helados, cacao en polvo, chicles, condimentos de mesa y hasta cereales o barritas nutritivas.
La OMS desaconsejó hace unas semanas el uso edulcorantes no azucarados. Esta recomendación se basa en los resultados de una revisión sistemática de la evidencia disponible, que sugiere que el uso de edulcorantes no confiere ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal, sino que a largo plazo puede producir un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer tiene como objetivo evaluar si el aspartamo es un peligro potencial o no.
Por su parte, expertos argentinos creen que el riesgo surge en caso de exceso en el consumo.