La ceremonia de despedida de Diego Armando Maradona transcurría con normalidad. Miles de personas se acercaron a despedir al astro del fútbol en Casa Rosada. No obstante, pasado el mediodía los fanáticos treparon las rejas exteriores de la casa de gobierno y varias decenas de personas ingresaron al Patio de las Palmeras.
Eran las 14.00 cuando arribaron al evento se acercaron el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, entre otros. Por la visita de los funcionarios se interrumpió el ingreso de los simpatizantes.
Mientras la gente se impacientaba por despedirse del 10, dentro de la Casa Rosada la vicepresidenta convencía a los familiares del fallecido de estirar la ceremonia hasta las 19.00. No obstante, puertas afuera ya era demasiado tarde, una facción de la barrabrava de Boca logró empujar las vallas y torcerle el brazo a parte de la infantería ubicada en Balcarce 50.
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Desde el balcón presidencial Alberto Fernández y Santiago Cafiero intentaron apaciguar sin éxito los ánimos de los que intentaban ingresar a la casa de gobierno a la fuerza. Los barras ocuparon el Patio de las Palmeras. En este sentido, por seguridad, el féretro fue llevado al salón de los Pueblos Originarios.
Ahí dentro, los violentos simpatizantes desplegaron sus banderas, utilizaron la fuente del patio para refrescarse e incluso para bañarse. No obstante, el conflicto comenzó a ceder cuando la infantería ingresó al patio. Aunque los violentos no se fueron totalmente en paz, ya que mientras se retiraban, arrojaron al suelo el busto de Hipólito Yrigoyen que pese al impacto no sufrió daños.