El ataque cerebral que sufrió Gustavo Ceratti el sábado 15, en Caracas, Venezuela, se suma a la lista de los que en los últimos meses tuvieron como víctimas al ex presidente Néstor Kirchner y el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Alberto Balestrini. La alta frecuencia entre figuras conocidas no es casual: los accidentes cerebrovasculares (ACV) son un mal silencioso que ya generan un ataque cada cuatro minutos entre los argentinos.
El ex líder de Soda Stereo, de 50 años, sufrió el tipo más frecuente de ataque cerebral: un evento vascular isquémico, que puede tener diferentes niveles de gravedad según el tipo de arteria que afecte. En el caso de Cerati se trató de uno de tipo severo, que según Ramón Leiguarda, presidente del Instituto FLENI y médico que viajó a Venezuela para atenderlo, obstruyó la arteria carótida interna. La causa fue "un infarto extendido en el hemisferio izquierdo del cerebro" por la que los especialistas del Centro Médico Docente La Trinidad de Caracas debieron practicarle una craneotomía, cirugía que permite liberar el cerebro de la presión que genera la obstrucción de la arteria.
Signos de alarma. Dificultades para hablar y afasia fueron las primeras señales que lanzó el cuerpo de Cerati el sábado 15 por la noche, después de cerrar el recital ofrecido en la Universidad Simón Bolívar como parte de su gira para presentar su nuevo disco, "Fuerza natural". El artista tardó seis horas en llegar a la atención médica, algo que hizo imposible desobstruir la arteria. Una de las claves para superar un accidente cerebrovascular es recibir atención médica dentro de un período ventana de seis horas. De allí en más, todo es tiempo de descuento para el enfermo y sus neuronas lesionadas.
Aunque es un trastorno "silente", es decir, que lastima en silencio y sobre el cual pocas veces las víctimas tienen conocimiento, en uno de cada cuatro enfermos se presentan síntomas momentáneos que conforman un accidente isquémico transitorio, similar a lo que sería una angina de pecho en el enfermo cardíaco.
Son cinco grandes síntomas que duran algunos minutos y que pueden presentarse días antes del gran ataque. Por eso, los especialistas recomiendan que, de aparecer, se haga una visita urgente al médico. "Parálisis u hormigueo en la cara o en un miembro inferior o superior; problemas para hablar; trastornos visuales, que pueden incluir la pérdida de visión durante minutos; falta de equilibrio y coordinación; y un dolor de cabeza que comienza en forma explosiva y que es muy diferente a cualquier otro que haya experimentado la persona", detalla Luciano Sposato, director de la Clínica de Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
La nota completa, en la última edición de la Revista Noticias .