Uno de los científicos británicos que ayudó a desarrollar la vacuna de AstraZeneca-Oxford contra el coronavirus reconoció que, si bien el surgimiento de los inmunizantes proporciona “esperanza”, estas “no acabarán” con la pandemia debido a la fortaleza de las nuevas cepas.
“Las vacunas nos han dado esperanza, pero no acabarán con la batalla global contra Covid”, escribió Andrew Pollard, director del Grupo de Vacunas de la Universidad de Oxford e investigador en jefe del ensayo de vacuna contra el coronavirus desarrollada junto a AstraZeneca.
“Después de todo, el virus no está aquí para matarnos. Su razón de ser es difundirse y nos necesita vivos para hacerlo mejor”, afirmó el científico al referirse a las nuevas mutaciones supercontagiosas del Covid. “Definitivamente hay motivos para la esperanza, pero no es el momento de volvernos complacientes”, agregó.
Pollar dice que la normalidad podría volver mientras comience a disminuir la presión sobre los sistemas de salud pública del mundo y que las “señales son buenas” porque las vacunas “muestran una protección casi completa contra la hospitalización , incluso en países con nuevas variantes”.
"Después de todo, el virus no está aquí para matarnos. Su razón de ser es difundirse y nos necesita vivos para hacerlo mejor" (Andrew Pollard)
Sin embargo, el científico advierte que esta es una esperanza a medias, ya que se ve ensombrecida “por el hecho de que tenemos muchas poblaciones vulnerables no vacunadas en todo el mundo”. “Necesitamos con urgencia distribuirles las vacunas para prevenir enfermedades graves. Nosotros, y nuestros políticos, debemos derribar las barreras a la distribución en lugar de levantarlas”, escribió en The Guardian.
Las mutaciones del virus empeoran el panorama
Pollar explicó que las nuevas cepas del virus de Covid “parecen haber surgido en poblaciones donde una alta proporción de individuos han sido infectados y ya existe un nivel razonablemente alto de inmunidad de fondo, por lo que el virus tuvo que cambiar para sobrevivir”.
Estas nuevas cepas o mutaciones, como la brasileña o la sudafricana, “facilitan” que el SARS-Cov2 infecte a personas que ya son inmunes “al evadir los anticuerpos neutralizantes que los humanos producen después de infecciones naturales o vacunas”, detalló.
El científico admite que es probable “que la transmisión continua de nuevas variantes ocurra tanto en poblaciones infectadas naturalmente como vacunadas en los próximos años” ya que las nuevas cepas “permiten una infección continua en la nariz y la garganta para que el virus pueda sobrevivir”.
"Las mutaciones que estamos viendo en Sudáfrica y Brasil facilitan específicamente que el virus infecte a personas que ya son inmunes al evadir los anticuerpos neutralizantes que los humanos producen después de infecciones naturales o vacunas".
Más allá de la batalla que el mundo está librando con las vacunas como arma, Pollard anticipa que la humanidad tendrá que “encontrar formas de adaptarnos a vivir con el coronavirus”, ya que “debido a su capacidad para matar” sigue “transmitiéndose en la población”.
El final del primer shock de la pandemia de Covid, sin embargo, podría empezar a verse si las vacunas comienzan a evitar casos graves e internaciones. Si eso ocurre, dijo, “bien podríamos haber contenido el problema de las presiones sobre nuestros sistemas de salud, y el fin de la pandemia, en ese sentido, podría estar a la vista”.
ds