Si bien debido a las vacunas el Covid-19 parece estar en una etapa de declive respecto de su gravedad, otros virus que volvieron a circular con mayor frecuencia luego de dos las medidas restrictivas coexisten con esta enfermedad, lo que en algunos países han generado una suerte de “tripledemia”.
Luego de la cuarentena prolongada que se vivió en el país por la pandemia de coronavirus, las enfermedades respiratorias tuvieron un pico preocupante en 2021 y 2022. Los especialistas explican que esto en parte se debe a que los virus comenzaron a circular como sucedía antes de marzo de 2020, previo al confinamiento.
Por este motivo, en algunos países hay una gran afluencia de casos de Covid-19 por un lado, influenza A por el otro y también el virus respiratorio sincitial (VRS) –de las enfermedades más comunes en bebés menores de 2 años– que puede causar cuadros graves de bronquiolitis y neumonía.
Gripe A: ya son 875 mil los casos en Argentina, 30 mil más que la semana anterior
De acuerdo a los últimos datos epidemiológicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los países más afectados por esta confluencia de los tres virus en la región son Estados Unidos, Argentina, Chile, Uruguay y el sur de Brasil.
En el caso del SARS-CoV-2, ya no se trata de un virus predominante, y debido al amplio porcentaje de vacunación las nuevas variantes son mucho menos letales que las anteriores.
En cambio, la influenza A en las últimas semanas se volvió un motivo de preocupación: según el último reporte epidemiológico de la OPS, en Estados Unidos "la mayor parte del país notificó un aumento temprano de la actividad de la influenza" y los Centros de Control de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) señalan que se trata de la peor temporada otoñal de esta enfermedad desde la pandemia de gripe porcina (H1N1) en 2009.
Lo que está pasando en EE.UU. es similar a lo que viene ocurriendo hace semanas en algunos países de Sudamérica, donde las guardias de los hospitales también se vieron abrumadas por pacientes con síntomas gripales, sobre todo niños pequeños.
En esa línea, según la OPS, en Argentina y Chile hubo un aumento de la influenza A, con dos variantes de la gripe porcina que circulan a la vez: la H3N2 y la H1N1.
En nuestro país, a fines de octubre el número de casos de esta enfermedad ascendía a cerca de 900 mil. Si se compara la cantidad de casos con el mismo periodo de años anteriores, se trata del número más alto desde 2017. En 2020, por la pandemia, la enfermedad tuvo su registro más bajo.
Este número preocupante comenzó a tener un mayor foco hace tres semanas cuando varios hospitales de las zonas más pobladas notificaron demoras y colapsos en las guardias.
"En lo que va de 2022 puede notarse un comportamiento inusual tanto en la estacionalidad y número de casos registrados de influenza como por la frecuencia y distribución de otros virus respiratorios (OVR), fundamentalmente metapneumovirus, y parainfluenza", detalló el Ministerio de Salud.
“Las camas ocupadas en nuestro hospital son por gripe, neumonía y covid. Las tres enfermedades tienen vacunas gratuitas y la gente internada no está vacunada”, dijo días atrás a Reperfilar el infectólogo Hugo Pizzi.
Alerta por bronquiolitis en niños: se espera un invierno con un nivel "muy importante" de casos
Por último, está en circulación en aumento el virus respiratorio sincicial (VRS), una de las infecciones más comunes en bebé y niños, que causa bronquiolitis y neumonía.
Un aumento drástico e inusualmente temprano en el VRS, una infección que obstruye las vías respiratorias, está abrumando las unidades pediátricas en EE.UU., provocando largas esperas para recibir tratamiento y obligando a los sistemas hospitalarios a reorganizar el personal y los recursos para satisfacer la demanda", informó el 1 de noviembre el diario The New York Times.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) informaron que en algunas regiones del país "se está alcanzado los niveles máximos estacionales" de VSR.
En Argentina, las afecciones respiratorias son la tercera causa de mortalidad en los menores de 5 años. Su particular gravedad en el caso de los menores de 2 años se debe a que su sistema respiratorio aún está en desarrollo, por lo que las secreciones pueden fácilmente obturar ese sistema y esto favorece la infección.