SALUD
DÍA NACIONAL CONTRA LA ENFERMEDAD

Un millón y medio de argentinos padecen el Mal de Chagas, un desafío persistente para la salud pública

3 de cada 10 personas con Chagas pueden tener complicaciones de tipo cardiovasculares y/o digestivas. Este 29 de agosto se conmemora el Día Nacional de la lucha contra una enfermedad que avanza silenciosa en el continente.

Mal de chagas 20082025
Mal de chagas. | Captura Web

La Enfermedad Mal de Chagas continúa representando uno de los principales problemas de salud pública en Argentina, donde se estima que un millón y medio de personas están infectadas por el parásito Trypanosoma cruzi.

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Según datos recientes, tres de cada diez individuos afectados podrían desarrollar complicaciones cardiovasculares o digestivas graves si no se realiza un diagnóstico oportuno. Esta afección parasitaria, endémica en diversas regiones de América Latina, requiere una atención inmediata para mitigar su impacto en la población.

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Mal de chagas 20082025

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la enfermedad de Chagas, también conocida como tripanosomiasis americana, como una patología potencialmente mortal causada por el protozoario Trypanosoma cruzi.

Este parásito se transmite principalmente a través de la picadura de insectos triatominos, comúnmente llamados "vinchucas" o "kissing bugs", que depositan sus heces infectadas cerca de la herida. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) enfatiza que la enfermedad es sistémica y crónica, asociada a factores socioeconómicos bajos, y clasificada como una enfermedad tropical desatendida.

A nivel global, la OMS estima que entre seis y siete millones de personas están infectadas por T. cruzi, con aproximadamente 75 millones en riesgo de contraer la enfermedad debido a casos no diagnosticados o áreas con transmisión activa. En las Américas, la OPS reporta que la prevalencia ha disminuido significativamente, pasando de 30 millones de infecciones en 1990 a entre seis y ocho millones en 2010, gracias a iniciativas regionales de control vectorial.

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La incidencia anual también se redujo de 700.000 casos en 1990 a 28.000 en 2010. La enfermedad es endémica en 21 países del continente, con vectores principales como Triatoma infestans en naciones como Argentina, Bolivia y Brasil. En Argentina específicamente, se han logrado interrupciones en la transmisión vectorial en ocho provincias entre 2001 y 2013, y el país produce benznidazol, uno de los tratamientos clave, disponible a través del Fondo Estratégico de la OPS/OMS.

La transmisión no se limita al vector insectil; también ocurre por transfusiones de sangre contaminada, trasplantes de órganos, transmisión congénita de madre a hijo durante el embarazo o parto, y consumo de alimentos infectados con heces del parásito, lo que puede ingresar al organismo a través de la mucosa oral. En su fase aguda, que dura semanas o meses, los síntomas suelen ser leves: fiebre, malestar general, enrojecimiento en el sitio de la picadura, inflamación de ganglios, dolor de cabeza, irritabilidad y diarrea.

La OMS indica que hasta el 70-80% de los casos agudos son asintomáticos, pero pueden incluir signos característicos como el signo de Romaña (hinchazón purpúrea en un párpado) o lesiones cutáneas.

En la etapa crónica, la enfermedad puede permanecer asintomática por años, pero eventualmente afecta el corazón o el sistema digestivo en hasta el 30% de los infectados, según explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC: “Se estima que el 30% de las personas infectadas desarrollarán complicaciones cardíacas o digestivas, lo que refuerza la importancia de su detección temprana”.

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La OPS corrobora que en esta fase, alrededor del 30% desarrolla daños cardíacos como cardiomiopatía o arritmias, y menos del 10% presenta problemas gastrointestinales como megaesófago o megacolon.

El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre y es especialmente recomendado para quienes han residido en zonas endémicas de Argentina, como Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja y Mendoza. La OPS detalla que en la fase aguda se utilizan métodos parasitológicos directos, mientras que en la crónica se emplean pruebas serológicas como ELISA o inmunofluorescencia indirecta, requiriendo al menos dos resultados positivos para confirmación.

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En cuanto al tratamiento, tanto la OMS como la OPS destacan el uso de benznidazol y nifurtimox, que son casi 100% efectivos si se administran temprano, aunque su eficacia disminuye con el tiempo de infección. Estos medicamentos no se recomiendan en mujeres embarazadas ni en personas con insuficiencia renal o hepática, y pueden causar reacciones adversas en hasta el 40% de los adultos tratados.

La prevención es fundamental y comienza con el control de la vinchuca en viviendas, especialmente en áreas rurales con condiciones precarias. Se recomienda fumigaciones periódicas con insecticidas supervisadas, reparación de grietas en paredes y techos, limpieza detrás de muebles y mejora estructural de las casas.

En zonas de riesgo, el uso de mosquiteros, repelentes y el distanciamiento de animales domésticos –posibles reservorios– es esencial. Para evitar la transmisión oral, es crucial lavar frutas y verduras, consumir alimentos en lugares confiables y mantener la higiene en la preparación de jugos. Además, el testeo obligatorio durante el embarazo, integrado en los controles prenatales, permite detectar infecciones en gestantes y tratar a los recién nacidos si es necesario.

“Es importante recordar que, sin la presencia de la vinchuca, la enfermedad no se transmite, por lo que su control y erradicación son medidas fundamentales para cortar la cadena de transmisión del Mal de Chagas”, concluye la Dra. El Haj.

A pesar de los avances en el control vectorial en Argentina y la región, la persistencia de la enfermedad subraya la necesidad de fortalecer las estrategias de vigilancia, educación comunitaria y acceso a diagnósticos y tratamientos. Organismos internacionales como la OMS y la OPS continúan apoyando iniciativas para reducir la carga de esta patología, que afecta desproporcionadamente a poblaciones vulnerables.

LV/MU