Los pasajeros que planeaban viajar a España por la compañía aérea Air Madrid tomaron las oficinas que la empresa aún mantiene en el microcentro porteño para quejarse por las condiciones en las fueron tratados después del anuncio del quiebre de la empresa, de la que muchos se enteraron por los medios de comunicación.
Indignados, los damnificados por la medida de la empresa tomaron las oficinas de Diagonal Norte al 800 de la Capital Federl, mientras también se quejaban porque la compañía hasta las diez de la mañana continuaba emitiendo boletos para viajar a España, según indicaron algunos agentes de viaje presentes en el lugar.
Además, los pasajeros sostuvieron que tanto el gobierno del presidente Néstor Kirchner tanto como el del español José Luis Rodríguez Zapatero “deberían hacerse cargo de la devolución del dinero o del traslado mismo”, ya que sólo fueron avisados por un mensaje de e-mail que el importe que habían abonado por su vuelo no sería retribuido por la empresa.
Los empleados de la aerolínea, por su parte, recibieron de la compañía un comunicado en el que se les anunciaba que el vínculo laboral sería suspendido en forma “momentánea” pero los trabajadores consideraban esta tarde que no se trata sólo de una temporada.
Aparentemente, el personal jeráquico de la empresa no se hizo cargo de la situación y los pasajeros quedaron en una nebulosa de la que aún no salen de su estupor. “No hay nadie que ponga la cara”, se quejó, a gritos, una pasajera que pensaba volar mañana a Madrid, y que ahora deberá rebuscárselas de otro modo para llegar hasta el aeropuerto internacional de Barajas.
