La tragedia por la caída del avión de Air France en aguas del Océano Atlántico ocurrido hace dos meses sigue generando polémica entre pilotos, líneas aéreas, fabricantes de aviones y los familiares de las víctimas, ante la incertidumbre sobre las causas del accidente y nuevos incidentes que ponen en tela de juicio la seguridad de volar.
La férrea presión de asociaciones de pilotos de todo el mundo obligó al fabricante de aviones europeo Airbus a recomendar en las últimas horas a todas las aerolíneas el reemplazo de las sondas que miden la velocidad en vuelo en sus modelos A330 y A340; mientras que la falta de respuestas excluyentes de la millonaria investigación que lleva adelante el gobierno galo motivó a iniciar un nuevo rastrillaje en el Atlántico para dar con las llamadas cajas negras, la última esperanza para entender qué sucedió en el fatídico vuelo AF447.
Fuentes de la investigación citadas por periódicos franceses indicaron ayer que 43 de los 50 cuerpos hallados flotando en el océano por patrullas de Brasil y Francia lograron ser identificados, en tanto que se diluyeron las expectativas de encontrar nuevos cadáveres del resto de las 228 personas que fallecieron el 1º de junio último.
Las autopsias realizadas a los cuerpos determinaron, según la prensa francesa, que ninguno de los que viajaban en el vuelo murió ahogado, y que el avión no se desintegró en el aire como sugerían los primeros indicios de la investigación, sino que se precipitó en caída libre. Sin embargo, aún los peritos intentan determinar si hubo una explosión por despresurización. El dato es clave para los expertos, ya que la caída del avión en pleno vuelo podría significar que el motivo principal de la tragedia fueron los tres censores de velocidad.
En efecto, por la falta de certezas y una pérdida de prestigio única en sus cuarenta años de historia, Airbus pidió en la tarde del jueves a las aerolíneas reemplazar las sondas Pilot en más de 200 aviones. La recomendación es para “todas las aerolíneas que estén equipadas con tres sondas Thales, para que reemplacen al menos dos de ellas con otras producidas por el fabricante estadounidense Goodrich”, tal como había sido el pedido de los pilotos desde hace dos meses.