“Podría estar sentada ella acá”, dijo en su discurso de reasunción ayer Cristina Fernández de Kirchner. Se refería a la estudiante de astronomía de La Plata Ana Teresa Diego quien es, desde esta semana, la primera desaparecida de la dictadura militar que le da nombre a un objeto espacial.
Según decidió la Unión Astronómica Internacional (UAI), el asteroide 11441 se llama ahora Anadiego. Lo hizo a pedido del decano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad de La Plata, Adrián Brunini. La Presidenta mencionó que se enteró del nombramiento gracias a la lectura de los diarios (Tiempo Argentino y El Día, de La Plata, dieron ayer la noticia) y no dudó en incluir el tema al inicio de su discurso.
A la Presidenta, la historia de Ana Diego le toca de cerca porque la joven despareció a los 22 años cuando estudiaba en la misma ciudad donde ella nació, estudió y conoció a Néstor Kirchner; y porque, sin explicitarlo, al decir que “Ana podría estar sentada acá” indirectamente marcó que ella misma, la Presidenta, pudo haber resultado desaparecida por los militares. Y la comparó con la mandataria brasileña Dilma Rousseff.
Anadiego no es el primer objeto celeste con nombre argentino: desde la década del 50, una serie de asteroides lleva nombres relacionados con el fenómeno peronista. Ya existen Evita, Abanderada, Mártir y Descamisada, en objetos que fueron descubiertos también en el país. San Martín y Belgrano tienen asimismo su propio cuerpo celeste igual que René Favaloro, el físico Balseiro y hasta el personaje de ficción Martín Fierro.
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