Desde 2018, cada vez son más los jóvenes porteños que vuelven a vivir en la casa de sus padres porque tuvieron que rescindir los contratos de alquiler de sus departamentos. Según la última encuesta de la Federación Nacional de Inquilinos (FNI), el 35% de los inquilinos entre 18 y 30 años volvieron al “nido” porque no pudieron sostener los aumentos de la renta y las tarifas.
Además, el informe detalla que los jóvenes destinan más del 60% de sus ingresos en gastos fijos de la vivienda. Por eso, ambas cámaras legislativas nacionales ya se encuentran trabajando en la sanción de una Ley de Alquileres .
Los casos. “Por mi departamento empecé pagando $ 4.500 hace dos años, y ahora me cuesta $ 7.900. No lo puedo sostener más y el mes que viene tengo que dejar mi casa para volver a lo de mis padres en Lugano”, cuenta Ana Martínez (30) que ya está vendiendo los muebles de lo que dejará de ser su casa, en Floresta. La joven dice que “con un sueldo de $15 mil, no se aguanta más tener gastos fijos de $13 mil”.
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“Vienen tarifas tremendas, me llega una factura de $700 de agua y me quiero morir”, afirma Martínez que volverá a la habitación donde se crió. “Me da mucha bronca porque me costó trabajo poder independizarme y ahora volver a lo de mis padres es un problema, porque no me llevo bien con ellos y me siento ajena”, cuenta Martínez que es licenciada en Relaciones Públicas y vende artículos para niños.
También hay casos de jóvenes que habían llegado a Buenos Aires con la expectativa de formarse en carreras universitarias que en algunas partes del interior no existen y ahora volvieron a sus provincias. Como Ana Russo (28), que había venido de El Calafate para estudiar Comunicación Social y tuvo que “dejar todo” por los aumentos semestrales superiores al 15%.
“Durante 8 años viví con mis hermanos, pero el año pasado alquilé sola un departamento de dos ambientes en Belgrano”, cuenta Russo. “Me siento frustrada”, dice sobre la finalización del contrato de alquiler antes de empezar el segundo año y por el cual le retuvieron $15 mil como multa –un mes y medio de lo que pagaba.
Gervasio Muñoz, presidente de la FNI, explica que “la rescisión anticipada de los contratos de alquiler reflejan la crisis habitacional de la Ciudad de Buenos Aires”. “Cuando se renueva el contrato, el alquiler aumenta un 39% y hay otra suba semestral del 17% estipulada previamente, que no se pueden negar a pagarla porque si no, los desalojan. A nadie le aumentaron el sueldo con esos porcentajes”, cuenta el referente de los inquilinos.
La encuesta realizada a 4.200 personas detalla que los inquilinos deben destinar el 47% de sus ingresos a los gastos de alquiler -sin expensas ni servicios-, lo que significan 6 puntos más que el año pasado. Pero en el caso de los jóvenes, la cifra asciende a un 55% de sus ingresos, el mismo porcentaje que los mayores de 56 años.
El 35,87% de los inquilinos tiene problemas para pagar el alquiler en Capital
Abusos. Otra complicación son los excesos de cobro que realizan las inmobiliarias. Uno de ellos es que varias le continúan cobrando al inquilino la comisión para entrar a una propiedad, a pesar que hace casi dos años la Legislatura porteña determinó que lo debe abonar el propietario. Muñoz, afirma que reciben 5 denuncias mensuales sobre esta irregularidad.
“CB Propiedades, de Paternal, me cobró $8.500 de comisión -un mes de alquiler- y otros $6.000 por gastos de contrato”, cuenta Simón Chela (30) que denunció a la inmobiliaria. La dueña de CB Propiedades, Francisca Elsa Cichello, niega las acusaciones.
Otra irregularidad es que varias de las siete mil inmobiliarias habilitadas en la Ciudad exigen un seguro de caución en una misma compañía, además de una garantía de una propiedad porteña. Daniel Lipovetsky, el diputado de Cambiemos que trabaja en la Ley de Alquileres (ver aparte), explica que “no hay una regulación en las garantías, pero que las inmobiliarias pidan dos es un abuso”.