"El Diablo" era buscado por la Policía hace cerca de cuatro años. Su apodo aparecía en decenas de escuchas telefónicas de una investigación por narcomenudeo en el Conurbano bonaerense, pero no podían dar con él porque tenía dos identidades y cambiaba regularmente de teléfonos celulares.
La causa, en la que intervino la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), se inició a fines de 2018 siguiendo la pista de un grupo de ocasionales consumidores que realizaban pasamanos. En aquel momento, el objetivo central de los detectives pasaba por identificar los distintos eslabones en la cadena de distribución de la droga.
Profundizando las tareas de inteligencia criminal, que entre otras cosas incluyeron intervenciones telefónicas y seguimientos, los agentes de la PSA lograron recolectar pruebas sobre el circuito de reventa hasta dar con el líder de la organización, un narco peruano de 46 años con domicilio en la localidad de Lomas del Mirador. Le decían "El Diablo", aunque en algunas escuchas también aparecía con el apodo de "El Tío".
Según la investigación, la banda de "El Diablo" distribuía cocaína en distintos puntos del Conurbano, pero especialmente en las localidades de Caseros, Hurlingham y Lomas del Mirador. También en algunos barrios de la Ciudad de Buenos Aires.
Entre los presuntos miembros, las fuentes destacaron la figura de un efectivo de la Policía de Buenos Aires, que estaría vinculado a uno de los vendedores de la zona del partido de Tres de Febrero, quien aparentemente colaboraba aportando información calificada sobre posibles operativos o puestos de controles vehiculares.
De acuerdo a los voceros, "El Diablo" -cuya identidad no fue dada a conocer para no entorpecer la investigación- no tenía trato con la mayoría de los miembros de la banda: sólo hablaba y daba directivas a un círculo reducido, entre ellos dos hombres de nacionalidad peruana y una mujer que presuntamente se encargaba de conseguir la droga para luego revenderla.
Un dato que también llamó la atención de los investigadores es que la cocaína que distribuían en el Gran Buenos Aires no la conseguían en los principales centros de distribución de la Ciudad de Buenos Aires, como por ejemplo la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, históricamente vinculada a narcos peruanos. Al parecer, la compraban en el interior de la provincia de Buenos Aires.
Las fuentes consultadas detallaron que realizaban viajes relámpagos a la ciudad de Pergamino. "Salían en micro, estaban unos pocos minutos en Pergamino y regresaban en auto", explicó un vocero que interviene en la investigación.
Con los principales miembros de la organización identificados, este domingo 24 de abril la PSA interceptó un Peugeot 308 en la zona de Liniers con tres ocupantes, todos de nacionalidad peruana. Uno de ellos era "El Diablo".
Según las fuentes, el lunes 25 de abril el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de Tres de Febrero, a cargo de Alicia Vence, ordenó 19 allanamientos: tres en la Ciudad de Buenos Aires; cuatro en Caseros (Tres de Febrero); dos en Lomas del Mirador; dos en La Tablada, y otros en San Justo, Ramos Mejía (La Matanza); Hurlingham; General Rodríguez; Moreno; Merlo; Parada Robles (Exaltación de la Cruz), y Pergamino.
Como resultado de los procedimientos, fueron detenidas doce personas (ocho hombres y cuatro mujeres). De acuerdo a los voceros, se incautaron 355,8 gramos de cocaína; 34,2 gramos de metanfetamina; 16 plantas y semillas de cannabis; tres balanzas de precisión; 826.940 pesos; 1.369 dólares y 735 euros, entre otras monedas extranjeras.
Además, secuestraron dos máquinas de contar billetes, tres autos, cinco armas de fuego de diverso calibre, 61 municiones y 81 teléfonos celulares, entre otras cosas.
Los voceros señalaron que "El Diablo" también aparece vinculado a Bhel Bhoy Arbin Santillan Ríos, un sicario peruano que fue detenido en el año 2017 en el barrio porteño de Recoleta. Alias "Servando", como se lo conoce, tenía causas pendientes por robo agravado y narcotráfico, pero además se lo acusa del asesinato de un oficial de policía de Perú.
Sobre el resultado del operativo que terminó con la detención de "El Diablo", el director nacional de la PSA, José Glinski, destacó “el sentido ascendente de la investigación desde la base operativa consumidor - vendedor; pasando por los encargados de planificar la cadena de suministro hasta el actor situado en el vértice del grupo criminal, que finalmente fueron detenidos”.
A su vez, señaló que “la presencia de diversos tipos de estupefacientes trae aparejados indirectamente mercados de consumo en crecimiento, como el de drogas sintéticas. Esto nos conduce a salir de la mirada binaria que permea el control del narcotráfico centrado en las drogas de base orgánica (cocaína y marihuana). Además, el decomiso de armas, municiones y una ingente cantidad de equipos de comunicación, son indicios de un modus operandi violento y sofisticado”.
CP