Postal inconfundible de la Ciudad de Buenos Aires, el Riachuelo parece haber modificado su “esencia” a partir de la implementación del proceso de aislamiento preventivo obligatorio a raíz de la pandemia de COVID-19. La baja en la actividad industrial que vuelca sus efluentes en la cuenca del rio Matanza-Riachuelo habría permitido que sus oscuras aguas se vean por estos tiempos de cuarentena, de manera superficial, y salvando las distancias, un poco más limpias.
Se pudieron ver cardúmenes de diferentes especies de peces en algunos sectores del cauce, lo mismo que aves acuáticas posadas en los bancos de camalotes que se juntan en la Vuelta de Rocha. De todas maneras, y de acuerdo a lo que explicaron desde la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), los datos concretos y técnicos del impacto de la cuarentena en las aguas del Riachuelo se tendrán en los próximos días luego de una serie de estudios y análisis, que se llevarán a cabo desde la semana que viene.
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Entre los diferentes estudios que se realizarán se hará un registro de mediciones del agua, y se tomarán muestras para monitorear su estado y el de los sedimentos en toda Cuenca. Con los resultados que se obtengan recién ahí se podrá medir el impacto efectivo de las medidas de aislamiento social obligatorio en el marco de la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno Nacional. “Serán cuatro días en los que se realizarán toma de muestras en 21 puntos de la Cuenca, lo que permitirá, junto a las mediciones automáticas, evaluar el impacto del aislamiento social obligatorio”, adelantaron desde ese organismo interestatal.
Quienes deban tomar muestras deberán seguir un protocolo confeccionado por la Coordinación de Calidad Ambiental para el correcto uso de los elementos de protección personal, siguiendo los lineamientos del Ministerio de Salud de la Nación se adoptaran medidas especiales para prevenir el contagio de Coronavirus. Según adelantaron desde ese organismo interestatal.
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En abril pasado, y cuando varios vecinos del barrio aseguraban haber vistos cardúmenes de peces en el cauce del río. En ese entonces, desde este organismo afirmaban que “la presencia de peces en el cauce principal es algo normal y que no tiene que ver necesariamente con la cuarentena”. “El cauce principal, de la cuenca media a la desembocadura, ofrece condiciones de vida inapropiadas para los peces ya que falta suficiente oxígeno disuelto (OD) en el agua. Sin embargo, el fenómeno es algo frecuente. El mismo se desarrolla cuando una importante masa de agua ingresa, con suficiente contenido de OD, desde el Río de la Plata al Riachuelo y permite que con ella también lo hagan los peces. La marea alta y la sudestada son las acusas más comunes para explicar estos fenómenos”, explicaban en aquel momento.
Desde la Acumar señalaron a PERFIL que “la situación, quizá, tenga que ver con que varias industrias dejaron de tirar sus desechos contaminantes al río por el cese de la actividad industrial a raíz de la pandemia. Pero también es un efecto de la limpieza permanente que se viene realizando en el cauce del Riachuelo desde hace varios años”, afirmó Daniel Larrache, Director Ejecutivo de Gestión de la Acumar. “De todas maneras, es muy subjetivo asegurar que la pandemia limpió al Riachuelo. Recién con los estudios en la mano se podrá tener alguna certeza”, agregó.
Por último, Larrache, destacó que “la pandemia permitió que los vecinos vuelvan a mirar al Riachuelo y así comprobar el progreso del trabajo de limpieza que se viene realizando”.
CC/MC