Una de las fotos más comunes de este período de crisis sanitaria ambiental es la de las aguas cristalinas de Venecia. Muchos dijeron que es la demostración de que la situación ecológica del planeta estaría mejorando con las personas en sus casas.
Pero para los especialistas no existe ecología posible sin los seres humanos. Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales lo explica de la siguiente manera: “me niego de hablar de la ventajas ambientales de la pandemia. Es una situación que no es real, que cuesta mucho en términos de vidas humanas. Siempre, hablar de ambiente implica hacerlo en relación a la vida humana. No podemos hablar de mejoras ambientales si hay un muertes. Hay que encontrar equilibrio para que las dos cosas funcionen realmente bien: que mejores el clima, que mejore el ambiente pero que no tenga a costo de que no haya personas. Por supuesto, está demostrado que, si la actividad económica baja, los indicadores atmosféricos y climáticos mejoran también. Esto refuta a los que defienden posturas negadoras, que dicen que los problemas ambientales no tienen nada que ver la actividad humana, que no incide la actividad económica en relación a los indicadores atmosféricos. Es algo que se cae de maduro y se ve en en esta instancia. Pero deberíamos encontrar una manera de establecer vínculos que nos lleven a otra forma de pensamiento que nos lleven a tratar de manera diferente a las cuestiones ambientales.
Los humanos en cuarentena y los animales en las calles en plena pandemia de coronavirus
Nápoli dice que aún no se cuentan con indicadores en la Argentina para medir niveles de contaminación en el momento en que la actividad económica está prácticamente paralizada: “probablemente aquellos recursos hídricos muy rodeados de industrias, como el Riachuelo o el Reconquista, todos los ríos de la zona metropolitana, o de las zonas altamente industrializadas como Tucumán, seguramente verán mejoradas sus condiciones por la disminución de la actividad industrial. Hoy por hoy, no tenemos estos datos. Sí pueden verse animales que llegan a los pueblos, especies diferentes que aparecen en distintos lugares que son indicadores de que la naturaleza reacciona. Pero vuelvo a repetir: no son ni indicadores ni permanentes, son sumamente transitorios. Y una mejora o no dependerá en mucho de la salida que se tenga de la situación, de la pandemia. De qué manera se saldrá de la pandemia y cómo será la economía desde entonces”.
¿Una causa ambiental? ¿Tuvo que ver la crisis climática con la propagación y origen de la enfermedad del coronavirus? Sobre las causas, no hay mucha información —explica Nápoli—, pero está claro, que es un virus zoonótico. La pregunta que habría que hacerse es cómo pasó a los seres humanos. Está la teoría de los mercados húmedos de China y por el otro lado, circula otra que afirma que se escapado de algún laboratorio de experimentación. De ninguna de las dos podemos tener certezas. No obstante lo cual podemos decir que sin lugar a dudas hay una vinculación con los virus que están arraigados en los animales con el trato de los humanos sobre los animales. Por eso la pandemia nos debería llevar a reflexionar en primer lugar en cuál es nuestra relación con la naturaleza. cómo avanzamos sobre ella, sobre los hábitats de los animales, achicando cada vez más sus espacios, haciendo cada vez más que la fauna se reduzca cada vez más. Eso, indudablemente contribuye a que los virus pasen de una especie a otra, quizás incluso acelerando esos traspasos. Es un tema que hay que atender.
Y también debe reflexionarse sobre la expansión del virus. Sin dudas, es la primer pandemia mundial que tiene como vehículo a los medios modernos de transporte, especialmente el avión y también la gran movilidad mundial que colaboró a expandir la pandemia a nivel global. En ese sentido estamos ante un fenómeno nuevo”.
Las inesperadas consecuencias ambientales de la pandemia de Covid-19
La sociedad se mueve en un contexto de triple crisis: sanitaria, económica y también climática. Nápoli explica que “hay coincidencias entre los teóricos en que la crisis tiene tres aspectos. Además, el coronavirus exacerbó las crisis precedentes. Lo hizo con la crisis económica y financiera. Y también va a tener efecto sobre la cuestión climática. El problema climático no va a desaparecer con el coronavirus, quizás las prioridades quedarán retrasadas. Quizás los mejores indicadores climáticos queden para más adelante. Eso sería algo erróneo, Se habla entonces de una triple crisis, que se va a extender en el tiempo. La pregunta que nos hacemos es de qué manera va a repercutir todo eso. Por ahora, los países de Africa están fuera de los indicadores más complejos de coronavirus. Pero la pandemia va a llegar, la pregunta es quién va a contribuir con la ayuda humanitaria imprescindible: la cooperación europea está muy debilitada actualmente. Son muchísimos lo interrogantes que se nos abren y muchísimas las cuestiones que se nos abren a futuro”.
¿Qué nos va a dejar esta crisis? Para el director de Farn. de momento, nos obliga a hacer nuevas preguntas. “Es algo que tiene que ver con los orígenes, con cuáles son nuestras conductas actuales, cuáles son las que asumiremos a futuro. Sabemos que es una situación que permanecerá mucho tiempo. Porque en la medida que exista un contagiado en la tierra, el problema no solo será del lugar, sino de todos, porque el sistema que tenemos actualmente de circulación y globalización hace que todos estemos conectados. Es un momento para pensar y que las instituciones lo hagan. Ya no es posible seguir evitando las decisiones, tal como pasa con el cambio climático, un tema en el que hace veinte años que venimos gambeteando las decisiones imprescindibles”, dice Nápoli.