Cuatro residentes del Club de Campo La Tradición, de la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, jugaban su partido de tenis semanal en una de las canchas del country. Dos de ellas se impacientaron mientras esperaban que una tercera hiciera uso del servicio. Ante el reclamo de celeridad de sus compañeras, las otras dos contestaron asombradas: " Esperen que pase la nena".
En ese momento, una nena vestida de blanco pasaba caminando por el court, pero solo dos de las cuatro jugadoras podían verla hasta que, una vez que cruzó la cancha, su imagen se desvaneció en el aire. Explicarles la situación a las que no la veían fue bastante complicado. Pero el nerviosismo y la coincidencia de detalles resultaron por demás convincentes.
Así, la historia del fantasma de la nena vestida de blanco comenzó a transmitirse de casa en casa. Algunos la creían y otros no. Pero, como era de esperarse, la extraña niña no tardó en aparecer y, entonces, los incrédulos no pudieron más que creer en su existencia.
Es que, según relata el diario El Día , la segunda aparición fue más contundente, aún. Ocurrió un sábado a la noche en el club house. Tres adolescentes de 15 y 16 años se encontraba alejados del resto del grupo. Sentados en uno de los sillones charlaban animadamente, hasta que sus miradas coincidieron en el vidrio de la ventana y un escalofrío hermanó sus cuerpos.
Sentada junto a ellos estaba la nena vestida de blanco. Los tres giraron sus cabezas para buscarla en el sillón. La nena no estaba. Volvieron a mirar hacia la ventana, con miedo e incredulidad. Ahí seguía estando, según el reflejo de la ventana.
A sus amigos les llamó la atención la actitud de los tres chicos y se acercaron a ellos. La historia, otra vez, se convirtió en tema obligado de todas las sobremesas y reuniones.