Los muros grises y beige desaparecen por un rato al comenzar la clase. Entre colchonetas, pesitas y música de diferentes estilos, las embarazadas y mamás recientes de la Unidad Penitenciaria N° 31 de Ezeiza pueden conectarse con su bebé con una clase de gimnasia y charlas sobre lactancia, alimentación e higiene. “El objetivo de la actividad es que las futuras mamás y las que ya lo son tengan un trato y recibimiento más amoroso con los bebés, y que incorporen hábitos saludables. Hay que considerar que el sistema familiar muchas veces está dañado”, explica Mariela Villar, profesora de educación física y directora de Embarazo Activo, una institución dedicada a la actividad física durante el embarazo y el posparto. Villar inició este proyecto en la unidad Nº31 de Ezeiza en septiembre del año pasado y, tras esta experiencia, ya se está trabajando en replicar la actividad en la Unidad Penitenciaria de Salta. Incluso una cárcel de Colombia se contactó con Villar y está interesada en incorporar la propuesta. Con la idea de ayudarlas a que puedan conectarse más y mejor con sus bebés, luego de cada clase práctica, hay una charla sobre un tema específico, como cuidados de los dientes o alimentación. Si bien no todas las mujeres de la cárcel tienen el hábito de hacer actividad física, las participantes se suman a las prácticas con buena predisposición. “Es importante lograr que mamás que tal vez fueron violadas, golpeadas o maltratadas se conecten con su bebé”, comenta Villar. El año pasado asistieron alrededor de 25 embarazadas por mes y veinte madres con hijos menores de 4 años. Este año hay aproximadamente 18 futuras mamás por mes y 25 mujeres con hijos. Villar creó esta técnica para embarazadas y puérperas en 2003. Y este método que hoy aplica con las reclusas también lo eligieron muchas mamás famosas como Paula Trapani, Florencia Bertotti, Brenda Gandini y Mónica Antonopulos, entre otras.
