SOCIEDAD
Se creía poderoso

La macabra historia del Chamán Suradji: estranguló y enterró a 42 mujeres tras cobrarles US$ 400

Diciendo que el fantasma de su padre se lo había pedido en sueños, un indonesio que ofrecía “trabajos” a mujeres que querían ser más ricas y sexualmente potentes, las enterraba vivas luego de cobrarles hasta US$ 400. Sus víctimas podrían rondar el centenar.

Chamán Suradji
En todos sus crímenes, el Chamán Suradji repetía el mismo ritual: las enterraba hasta la cintura con sus cabezas mirando hacia su casa, porque el psicópata creía que al hacerlo, recibía el poder de una divinidad y luego las estrangulaba. | CEDOC

Ahmad "El Chaman" Suradji fue el asesino serial de Indonesia que se hizo famoso por haber matado a 42 mujeres y niñas en 11 años. Sin embargo, la investigación estimó que podrían haber superado el centenar.

En todos sus crímenes, el Chamán Suradji repetía el mismo ritual: las enterraba hasta la cintura con sus cabezas mirando hacia su casa, porque el psicópata creía que al hacerlo, recibía el poder de una divinidad y luego las estrangulaba.

Suradji había nacido el 10 de enero de 1949. Todas sus víctimas tenían entre 11 y 30 años y a todas las estranguló para que formaran parte de su ritual criminal.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Luego, guardaba sus cuerpos sin vida en un ingenio azucarero cerca de su propia casa, ubicada en las afueras de Medan, la capital de Sumatra del Norte.

El Chamán fue detenido cuando, el 2 de mayo de 1997, la policía halló los cuerpos de las víctimas en la plantación. 

Chamán asesino de mujeres

En sus confesiones policiales, el asesino llegó a decir que en el año 1988 había tenido un sueño revelador que explicaba su conducta. En él, se le aparecía el fantasma de su padre, pero no como en el caso del Príncipe Hamlet, para solicitarla que lo vengara de su asesinato, sino para escalar en la escala social. 

Como el Rey Hamlet, el difunto padre le ordenaba asesinar a 70 mujeres y tragarse su saliva, para convertirse en un "Dukan", es decir, en “Chamán”.

Ahmad
Espeluznante: dijo que su padre le pidió matar para convertirse en un chamán poderoso.

Obediente, el hijo a ese cometido se entregó.

Suradji era reverenciado y respetado por los habitantes locales, quienes creían que tenía poderes paranormales y frecuentemente lo buscaban para obtener consejos médicos y espirituales.

De igual manera, había mujeres que lo contrataban para que lanzara hechizos que aseguraran la fidelidad de sus novios y esposos.
Vecinos que atestiguaron contra el criminal, relataron que muchas chicas buscaban la ayuda del brujo creyendo que las haría ricas, más hermosas, saludables y sexualmente más atractivas para los hombres.

Cobró US$ 400 y las estranguló

La investigación policial arrancó cuando una niña que había visitado Suradji no regresó a su casa, por lo que el padre denunció la desaparición de su hija.

Cuando la policía fue a la casa del "Chamán" encontraron el cuerpo de una mujer muerta en un campo próximo a su vivienda. Así comenzó la investigación de un asesino que estremecería a un país entero, a medida que las verdades –y los cuerpos de las niñas y mujeres- salían a la luz.

Ante esa situación, los investigadores pidieron una orden de allanamiento en la casa del brujo que se creían chamán.

Allí los policías encontraron ropa y relojes pertenecientes a 25 mujeres desaparecidas, por lo que se ordeno la inmediata detención de Suradji.

Ahmad
Los crímenes sucedían en las afueras de Medan, capital de Sumatra del Norte, Indonesia.

Al principio, el asesino confesó haber matado a 16 mujeres en cinco años, pero después de otro interrogatorio reveló que sus víctimas eran 42, de entre 11 y 30 años, y que las había matado durante un período de 11 años.

El chamán y sus mujeres

El falso chamán no cayó solo sino que también fueron arrestadas sus tres esposas, que eran hermanas entre sí. Se las acusó de haber colaborado con Suradji en los crímenes al esconder ellas mismas los cadáveres de las víctimas de su marido.

La mayor de las tres esposas, Tumini, fue enjuiciada como cómplice, ya que el tribunal consideró que había ayudado deliberadamente en los asesinatos.

Las otras dos recuperaron pronto la libertad, pero de inmediato abandonaron la aldea.

El juicio contra Ahmad "El Chaman" Suradji comenzó el 11 de diciembre de 1997, con una acusación de 363 páginas.  

Suradji y Tumini negaron los asesinatos, diciendo que habían confesado porque fueron incapaces de soportar la tortura a la que los sometieron los interrogadores. Sin embargo tres jueces de Lubukpakam los declararon culpables el 27 de abril de 1998 y fueron sentenciados a morir fusilados.

En la acusación contra "El Chamán" se indicó que Suradji les cobraba a sus “clientes” entre US$ 200 y 400 por los "trabajos". Después de que las víctimas pagaran, las llevaba a un ingenio de caña de azúcar cerca de su casa y las enterraban en el terreno hasta su cintura, como parte de un ritual.

El Chamán bebió la saliva de 42 mujeres

Una vez inmovilizadas, las estrangulaba con un cable eléctrico y bebía su saliva, las despojaba de sus ropas y las volvía a enterrar con las cabezas apuntando hacia su propia casa, para incrementar sus poderes mágicos.

Justamente, el hijo de una de las víctimas, de 8 años, testificó ante el tribunal y dijo que acompañó a su madre en el que estaba siendo su último día junto a su madre; el brujo le dijo que volviera solo a su casa. 
 
Luego de desenterrar 40 cadáveres, la policía pidió a los habitantes locales que informaran sobre mujeres desaparecidas y fue así que más de 80 familias de la zona reportaron familiares que de buenas a primeras habían desaparecido.

Por lo tanto, se sospecha que Suradji pudo haber matado a muchás más que 42 mujeres.

"El Chamán" pidió clemencia al presidente Susilo Bambang Yudhoyono pero su petición fue rechazada a finales de 2007.

El 10 de julio de 2008, Suradji fue fusilado en una plantación de Deli Serdang, en el norte de Sumatra.