La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, tuvo su esperado encuentro con su nieto, nacido en cautiverio y apropiado por la última dictadura cívico-militar. "Guido, mi nieto querido", le dijo Estela, apenas cruzó la puerta. La mujer de 83 años rompió en llanto y sólo atinó a abrazar al músico de Olavarría, que hasta hace días era Ignacio Hurban. "Bueno, despacito, despacito", trató de contenerla él. Sin embargo, su mesura no logró contener una emotiva despedida: "Chau, abu".
Así lo contó la propia Carlotto, al momento de relatar la que fue la primera reunión entre parte de los Carlotto y Guido Montoya, hijo de Laura Carlotto y Oscar "Puño" Montoya. "Tenía una emoción terriblemente contenida, cuando lo vi sólo pude abrazarlo y llorar", manifestó, horas después de la reunión.
"Él es muy reservado, es muy templado, no se le nota (la emoción); es como yo en eso que, para que llore, tiene que ser algo extremo como esto", subrayó. Carlotto reflexionó que el joven "tal vez se está cuidando, es un ser humano, no me conoce" y deslizó que entre ambos "la relación hay que ir formándola y fortaleciendo".
Desde su domicilio, de la localidad de Tolosa, la titular de las Abuelas explicó: "Los demás nietos (víctimas de la represión) están enloquecidos; vamos a ver cuándo él conoce a sus compañeros del mismo drama", resaltó.
Ante una pregunta, Carlotto expresó que "con todo gusto", si se da la oportunidad, se reunirá con la familia adoptiva de su nieto, a quien su hija Laura -asesinada por la dictadura poco tiempo de dar a luz- le dio el nombre de Guido.
"Son gente de campo y si lo criaron bien, hay que agradecérselo", sostuvo la dirigente sobre los padres adoptivos del joven, un pianista y director de música de una escuela municipal de la localidad bonaerense de Olavarría, consignó la agencia DyN.
Carlotto repitió que si tanto la mujer y el hombre que criaron a su nieto "tienen alguna responsabilidad" en cuanto a la apropiación de Guido "no somos nosotros para juzgarlos sino la Justicia". La presidenta de la organización de derechos humanos dijo que ayer, en su contacto con el joven, se interesó en saber qué "le gusta, qué lee, cómo fue su vida".
Por último, entre sonrisas, Carlotto contó que a su nieto le hará "los tallarines con tuco y los pollos al limón y ajo que hacía su abuelo".
