Hace poco más de 100 años, un barco con dos hombres a bordo quedó varado en el medio de las Cataratas del Niágara cuando se desprendió de otra barcaza que lo remolcaba. Un siglo después, el 31 de octubre (curiosamente en la fecha que se celebra Halloween, por lo que lo llamaron el barco "fantasma") la barcaza emergió inesperadamente desde el fondo del agua y miles de turistas quedaron impactados con este descubrimiento.
El 6 de agosto de 1918, en la catarata Horsehoe, la cascada más grandiosa del Niágara situada en la frontera de Ontario (Cánada) y Nueva York (Estados Unidos), dos hombres, Gustav F. Lofberg, de 51 años, y James H. Harris, de 53 años, viajaban en la embarcación "Iron Scow" cuando de pronto se desprendió de su barco y terminó en el fondo del agua.
Por suerte, los dos hombres fueron arrastrados por la corriente hacia el salto de agua, dando lugar a uno de los rescastes más dramáticos y complicados de la historia de este paraje natural, que involucró a los departamentos de Bomberos y Policía del Niágara, a la Guardia costera estadounidense e, incluso, a un veterano de la Primera Guerra Mundial, William 'Red' Hill, el mayor conocedor de la zona por aquella época, quien ayudó a desbloquear las operaciones de rescate de los marineros a la mañana siguiente del accidente, consignó el medio El Confidencial.
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Sin embargo, por más de 100 años, el 'Iron Scow' había quedado anclado a las rocas en el mismo lugar donde encalló en 1918. Además, los habitantes de la zona llevaron a cabo la operación de rescate, tal y como cuenta en The New York Times un portavoz de la Comisión de Parques del Niágara.
Un siglo después de su naufragio, aunque deteriorada por el paso del tiempo y el agua, la barcaza finalmente emergió debido a una fuerte tormenta que azotó la zona el pasado 31 de octubre. Es que la tormenta pudo mover y cambiar significativamente de lugar el barco, acercándolo aún más al borde de las cataratas, de acuerdo con las informaciones que ha hecho públicas la Comisión de Parques. De esta manera, la embarcación quedó a la vista de todos los turistas.
De todas maneras, esta organización apunta que la embarcación aún está asegurada al fondo del río, en la zona alta donde la fuerza de los rápidos es bastante poderosa, para salvaguardar al 'Iron Scow' se están monitorizando los movimientos del barco a través de un sistema GPS, una herramienta que también determinará cuánto se ha desplazado la embarcación por culpa del temporal y las condiciones meteorológicas adversas.
De constatar que el barco se ha convertido en un potencial peligro para, por ejemplo, plantas de energía ubicadas en otras zonas del río o naves turísticas que pueden surcar otros términos del Niágara, el 'Iron Scow' podría abandonar su localización original si resulta viable sacarlo del agua 101 años después de convertirse en un barco 'fantasma'.
ED