SOCIEDAD
“terrible y cruel”

Hospital Laura Bonaparte: repercusiones y ocupación por su cierre definitivo

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Decisión. Apenas se conoció la decisión del ministerio, los trabajadores hicieron una asamblea en la puerta del nosocomio. | cedoc

“Terrible y cruel”. Ese fue el tenor de los repudios con el que se recibió la decisión del aparente cierre definitivo del hospital nacional de salud mental Laura Bonaparte. La sintetizó en su posteo en la red X el sanitarista y exministro de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires Daniel Gollan.

La resolución estatal –que fue revelada el viernes por la tarde por los propios trabajadores de la institución– motivó que el personal afectado haya resuelto permanecer dentro de las instalaciones del establecimiento durante la noche. Mientras tanto, analizan nuevas medidas de protesta para tratar de revertir la situación.

En materia de protesta, algo parecido publicó otro referente de temas de salud, el diputado Pablo Yedlin: “La situación de la atención de la salud mental en la Argentina requiere políticas urgentes con ampliación de lugares de tratamiento internación y formación de RR.HH. (El cierre) es otro error”.

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Por su parte, Rodolfo Aguiar, secretario general del gremio ATE Nacional, explicó: “La desidia y la incompetencia del Gobierno en materia de salud nos alarma. Pero esta decisión de cerrar hospitales genera una escalada de la conflictividad dentro del Estado. Las medidas de fuerza comenzarán a ser más duras y esto ocurre por exclusiva responsabilidad del Poder Ejecutivo”, adelantó.

Recién ayer por la noche el Ministerio de Salud publicó su propio comunicado para explicar sus razones para este cierre inminente: “En el marco del reordenamiento del sistema de salud se inició el plan de reestructuración del Bonaparte. Para avanzar, la cartera sanitaria inició la derivación de los pacientes a otras instituciones”.

Según el equipo del ministro Mario Lugones, el hospital estaría siendo subutilizado. Recibe un presupuesto de 17 mil millones de pesos anuales y cuenta con una muy baja tasa de ocupación, con una internación promedio anual de 19 pacientes diarios.

En cambio, los profesionales del hospital tienen otro registro: según informaron, este espacio atendió –en lo que va del año– a más de 25 mil personas y pacientes, por medio de sus 612 trabajadores, médicos y personal de salud, que ahora pueden quedar desafectados.

Además, son cifras que no cuentan otro dato: es la única institución nacional del sistema público que trata adicciones. Y es el lugar que recibe a pacientes con problemas de adicción que no tienen recursos para internarse en un sanatorio privado.

Según los equipos de trabajadores, en el Bonaparte se atienden pacientes de ciudad y provincia de Buenos Aires, con padecimientos mentales con y sin abuso de sustancias. Además, se ofrecen otras prestaciones que incluyen un centro cultural, kinesiología y varios controles de salud. El paciente que concurre integra una población con problemáticas de salud mental entre moderada y severa, con complejidades varias, entre ellos personas en situación de calle y debilidad psicosocial.