Cristian Moreno Garzón (27) era veterinario, vivía cerca de Bogotá, en Colombia, y había venido a la Argentina con el sueño de un posgrado y la idea de radicarse acá “porque amaba a este país”. Así se lo había contado a PERFIL su mamá Mariela, hace diez días, cuando su hijo estaba internado en el Hospital Alejandro Korn de La Plata, en coma inducido pero todavía con vida.
Pero Cristian murió este jueves, tras casi un mes de agonía, luego de haber recibido una paliza en el área psiquiátrica de la Unidad Penal 34 de Melchor Romero, bajo custodia del Estado.
Moreno Garzón llegó a Buenos Aires en 2019 para estudiar un posgrado en la UBA. Y se mudó a vivir a La Plata. El 13 de diciembre, en esa ciudad, fue detenido tras sufrir un brote psicótico y derivado a la comisaría 2. Recién tras 48 horas de sufrimiento psíquico, la justicia dispuso su internación en la Unidad Penal, en el área de psiquiatría. Recibió una brutal golpiza que lo dejó en un cuadro de coma inducido “irreversible”.
Los agentes del Servicio Penitenciario atribuyeron la golpiza a otro interno.
Los agentes del Servicio Penitenciario atribuyeron la golpiza a otro interno. Eso está bajo investigación penal. Tras la golpiza, Cristian fue internado en el Hospital Alejandro Korn de La Plata, con custodia policial, porque seguía siendo acusado de “resistencia a la autoridad”.
La última semana, la jueza Marcela Garmendia, luego de más de un mes de agonía, y por la intervención de la Comisión Provincial por la Memoria, le sacó la custodia policial y lo sobreseyó.
Brote psicótico, ¿a cualquiera le puede pasar?
La Comisión, que preside el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, pidió: ahora es indispensable que la justicia avance de manera profunda en la investigación por su muerte y que se analice la responsabilidad de todos los funcionarios que arrojaron a Cristian a este final.
