Un enorme gesto de un joven que se dedica a hacer changas conmueve a la ciudad de Nogoyá, Entre Ríos. José Sánchez llegó a observar cómo un hombre se olvidaba un maletín en una plaza, vio su contenido y se encontró con medio millón de dólares. Sin embargo, no dudó y le devolvió la inmensa suma de dinero al empresario que le ofreció desde un millón de pesos hasta una casa, pero él sólo quería un trabajo en blanco.
El hecho ocurrió el último sábado en Nogoyá, cuando Sánchez observó cómo un hombre se subía a una camioneta mientras hablaba por teléfono y olvidaba el maletín en la vía pública. En ese momento, el joven agarró el maletín y lo llevó a un baldío para ver su contenido. Allí se encontró con la millonaria suma de dinero. A pesar de sus necesidades económicas, llamó dos veces al 101 y no le respondieron, y luego se contactó con la radio local FM Libertad para saber qué podía hacer para encontrar al dueño.
"Le hice señas con las manos para que parara la camioneta, porque el maletín estaba en la calle", afirmó y explicó su reacción al tomar el maletín: "Pensé que era plata. Cuando lo abrí, lo miraba y lo volvía a mirar, porque yo nunca vi en mi vida esa plata. No la conocía. La plata que conozco acá es la de 100 pesos, pero dólares jamás".
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Luego de enviar un mensaje a la radio, el joven volvió al lugar donde halló el maletín y se encontró con el empresario que había vuelto en busca del dinero. Según luego relató el propio Sánchez a la radio FM Libertad, ambos estaban en shock en ese momento y le devolvió el dinero. "Estaba muy nervioso y cuando lo vi, lo conocí y ni dudé, fui y le entregué el maletín y le dije: `tome, esto es suyo. Yo me asusté y le hice seña pero no me vio", dijo.
Sin embargo, esa misma noche Gustavo, el empresario, comprendió la enorme actitud de José y decidió llamarlo para compensarlo. Primero le ofreció un millón de pesos, pero el joven lo rechazó amablemente, luego también le ofreció comprarle una casa en Nogoyá ya que Sánchez alquila junto a su familia (su pareja y sus dos hijas de cuatro y seis años), pero también recibió una respuesta negativa.
Tras las primeras dos ofertas, Gustavo y José llegaron a un acuerdo de que le iba a dar un trabajo en blanco cuando el empresario rosarino comprara el predio termal para un emprendimiento turístico con el dinero que encontró el joven.
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Tras el noble gesto, José recibió muchas felicitaciones y otras ofertas de trabajo. "De mañana, me dedico a hacer trabajos de pintura y por la tarde, soy panadero", expresó.
"Me puse muy nervioso y decía: `No Dios, no me recompensés con esto porque yo soy un humilde trabajador. Mientras vos Dios, me des salud y trabajo, yo ya estoy contento", señaló.
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"Ese mediodía (después de devolver el dinero), comimos fideos hervidos con milanesa de hígado, porque el patrón del lugar donde yo trabajo, se fue y no pude cobrar. Imaginate, encontrar tanta plata y uno así. Pero yo dije: ¡No! Esas cosas para mí no van", concluyó.
ED CP
