SOCIEDAD
Crimen de Claudia Schaefer

La exabogada de Farré se sacó los zapatos para correr porque pensó que su cliente la mataba

Andrea Verónica Frencia aseguró que se dio cuenta que algo pasaba cuando escuchó los gritos de la madre de su cliente. Su relato.

Felices. Fernando y Claudia de vacaciones en Punta del Este.
| Cedoc

Andrea Verónica Frencia era la abogada que acompañaba a Fernando Farré el día que asesinó a su esposa Claudia Schaefer en el country de Pilar. La letrada declaró el miércoles ante la Justicia que, al darse cuenta de que el exgerente apuñalaba a su mujer, se sacó las zapatos para correr más rápido. Y contó que pensaba que su cliente salía del vestidor y continuaba la matanza con todos los que estaban en la casa.

Frencia declaró ayer ante la fiscal de la causa, Carolina Carballido, para ampliar sus dichos, ya que sólo había realizado una breve declaración en la comisaría.

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Allí, la mujer indicó que mientras la madre del empresario fue a ver lo que ocurría a través de la ventana del vestidor, ella salió corriendo de la casa.

“Incluso contó que se sacó los zapatos para poder correr con mayor facilidad porque pensó que Farré salía del vestidor y continuaba la matanza con ellos”.

La letrada se presentó ayer en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Especializada en Violencia de Género de Pilar. Allí se la vio muy afectada por lo que le tocó presenciar aquel 21 de agosto, al punto tal que tuvo una crisis de angustia en medio de su declaración y para poder concluir tuvo que ser asistida por el psicólogo de la fiscalía, según informa la agencia Télam.

Según contó, en la hora que tuvieron de espera hasta que arribaron Schaefer y su abogado Carlos Quirno, Frencia contó que Farré entraba y salía de la casa y que se movió por distintos ambientes aunque ella no prestó atención por dónde.

Lo que sí ratificó la abogada es que el propio Farré les preparó a ella y a su madre un té, lo que para la fiscalía es una prueba de que en algún momento, antes de que llegara su esposa, el imputado estuvo en la cocina. Allí, creen, pudo haber agarrado los dos cuchillos que había en un set de cinco, en un taco de madera, y que fueron empleados para cometer el asesinato.

Al igual que contó Quirno, Frencia también ratificó que no hubo ninguna discusión previa entre Farré y su esposa, sino que se dieron cuenta de que algo malo pasaba cuando empezaron a escuchar los gritos de Castro que le decía a su hijo: “¡Pará, pará!”.