Ayer a las ocho de la mañana, familiares y amigos despidieron a Federico Farías (21), el mochilero marplatense que estuvo desaparecido por más de un mes en Perú. Fue en el Cementerio de San Isidro, localidad en la que Farías se crió durante los primeros años de su vida. “Pudimos traer a Fede gracias a la ayuda de la gente, que se solidarizó con nosotros todo este tiempo, y al municipio de San Isidro, que financió la repatriación del cuerpo”, contó ayer a PERFIL Laura Bartual, tía del joven.
La búsqueda de Farías fue larga e intensa. Todo empezó cuando a partir del 17 de mayo, el joven decidió tomar una ruta alternativa para llegar a las ruinas de Machu Picchu, a la altura del río Vilcanota, y perdió todo contacto con su familia.
Si bien en una primera instancia la policía local empezó a rastrear el lugar, el operativo se detuvo ante el hallazo de los restos de un cuerpo humano, y fue ahí cuando la familia expuso antes los medios de comunicación y redes sociales el abandono de la búsqueda. “La Justicia de Perú manejaba unos tiempos muy lentos, nos dijeron que podríamos saber si era él en tres meses, por eso tuvimos que pagar un ADN privado de 52 mil pesos para acelerar el proceso”, confirmó Bartual.
Fue a partir de ese estudio –que recién la semana pasada confirmó que se trataba de su sobrino– que la familia comenzó a tramitar la repatriación del cuerpo. Los reclamos también llegaron a la Cancillería argentina.
“Sentimos que el Estado nos abandonó todo este tiempo, el papá de mi sobrino tuvo que vivir en la casa de una vecina que lo alojó de forma solidaria y se mantuvo solo allá gracias a la colaboración de la gente del lugar y de lo que nosotros pudimos juntar”, explicó Bartual. Durante toda la búsqueda, los amigos de Federico realizaron distintas acciones para conseguir fondos que le permitieran al padre permanecer en Perú, costear los pasajes de otros familiares y financiar todos los trámites: desde una sentada en Plaza de Mayo, festivales a beneficio y hasta la apertura de una cuenta bancaria para reunir la ayuda financiera que les permitió acelerar la búsqueda del joven.