SOCIEDAD

La soñada casita en el bosque

Un chalet rústico y acogedor, cercano al lago Nahuel Huapi, fue transformado en un taller creativo. Fotos.

En el entorno del bosque y muy cerca del Nahuel Huapi, el encantador taller de una decoradora.
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Ser creativos implica un trabajo tanto interior como exterior: tener una buena conexión con los propios fantasmas, saber qué dicen y cuál es su mensaje, por un lado, y generar –generarse– las mejores condiciones para que las cosas nazcan, cobren vida, descubran su propia voz, su propio mensaje, por el otro. Claro que cuando se trabaja en decoración, como es el caso de Machi González Venzano, lo exterior se vuelve indefectiblemente una cuestión interior. Y viceversa: la forma aquí es el fondo; las cosas se explican –y justifican– en su propia belleza. Si el resulado es bello, las causas son consecuencias y los significados de las cosas nos resultan tan claros que no ameritan explicación.

Decorar es –o mejor dicho, puede ser cuando es un trabajo realizado en profundidad–sencillamente hacer que la exterioridad devenga introspección. Su lugar de trabajo –que ella también utiliza como casa cuando alquila su vivenda habitual a los turistas–, el “rancho” en el que trabaja, es casi la explicación de sus ideas de trabajo, su filosofía creativa, que se expresa también en Los Juncos, el negocio que funciona en el centro de la ciudad.