Luego de la accidentada inauguración del viernes, los usuarios de las nuevas estaciones de subte en Villa Urquiza, descubrieron ayer por la mañana que a pesar de las promesas, no podrían comenzar a utilizarlas. Tanto Esteban Echeverría como la cabecera Juan Manuel de Rosas estuvieron cerradas con llave casi todo el día.
Los metrodelegados, el gremio mayoritario del subte, había denunciado problemas de seguridad en el nuevo tramo y se había negado a trabajar en esa parte hasta que se resolvieran. Por eso, el viernes la línea había funcionado con un esquema especial: los trenes llegaban hasta la estación Los Incas, que hasta el jueves funcionaba como cabecera, y allí eran reemplazados por personal jerárquico (instructores y supervisores) de la empresa concesionaria Metrovías hasta Juan Manuel de Rosas.
Sin embargo, ayer llegó a la cabecera solamente la primera formación de la mañana y luego se de cidió discontinuar el diagrama de servicio provisional. Según indicaron hoy tampoco funcionarán las nuevas estaciones. El lunes probablemente vuelva el servicio completo, pero desde Metrovías indicaron que no pueden mantener el esquema indefinidamente y esperan una resolución a través de la Secretaría de Trabajo porteña, que según trascendió podría convocar una audiencia para ese mismo día. Para llevar adelante el diagrama de emergencia el viernes participaron diez personas, que fueron sacadas de sus puestos habituales de trabajo.
Los metrodelegados habían denunciado “problemas de seguridad” en las nuevas estaciones. “No está instalado el sistema de comunicación tierra-tren, y la empresa quiere que lo reemplacemos con los teléfonos celulares, pero no se puede hacer eso: no siempre hay señal y las llamadas se cortan. Si hay un pasajero que se desmaya o una avería en el tren, puede ser un peligro. Y si hay un accidente no habría caja negra”, indicó Néstor Segovia, secretario adjunto del gremio.