Luego de los allanamientos y el decomiso de mercadería que sufrieran el martes pasado, manteros senegaleses son asesorados por la organización de Vendedores Libres. Esta agrupación está conformada por vendedores de la vía pública que en gran parte son los ex manteros de la calle Florida. Esta unión se consolidó el jueves pasado, cuando los vendedores africanos llegaron hasta la Fiscalía Penal, Contravencional y Faltas, a cargo de Sandra Guagnino, acompañados por Omar Guaraz y Julio Pereyra, líderes de la agrupación de manteros.
“Fuimos a reclamar la devolución de la mercadería que les incautaron a los compañeros en los allanamientos y vamos a colaborar con su lucha. Incluso les presentamos a nuestros abogados, quienes los asesorarán en todos los trámites que deban cumplir”, dijo Guaraz, en su charla con PERFIL.
La relación entre el movimiento de Vendedores Libres y los senegaleses se inició el año pasado luego de que los manteros africanos fueron desalojados de la avenida Corrientes por el Ejecutivo porteño. “Les ofrecimos nuestra solidaridad y a partir de ahí se sumaron a nuestro movimiento. Ellos están solos, no tienen representación en el país que los pueda defender, la embajada más cercana está en Brasil. Los vendedores de la vía pública debemos unirnos para defender nuestro trabajo”, comentó por último el dirigente mantero.
Actualmente entre 800 y 1.000 trabajadores senegaleses comercializan sus productos en las principales avenidas de la Ciudad. Entre los productos que exhiben se destacan las alhajas, lentes para sol y relojes. Por día recaudan unos 250 pesos, y la avenida Corrientes es el eje de sus actividades, explica Carlos Alvarez, integrante de la organización civil Xangó, que vela por los derechos de los inmigrantes africanos en el país.
“Queremos trabajar tranquilos, pero nos persiguen todo el tiempo. La Policía Metropolitana nos sacó la mercadería y no tenemos forma de recuperarla”, aseguró indignado Mámadu Dem, quien hace dos años llegó de Africa y se dedicó a la venta ambulante. La actividad no sólo le permite subsistir y reponer su mercadería, sino que también puede ayudar a su familia en Senegal. “Es lo único que podemos hacer. Nadie nos da otra posibilidad”, agregó Dem.
Desde la comuna porteña afirman: “Estamos seguros que una organización los recluta y les facilita los productos para vender”. Se mantiene la investigación sobre la procedencia de la mercadería y la documentación de cada vendedor. Son pocos los que cuentan con los trámites necesarios e inscripción en la AFIP como monotributistas