El gobierno nacional oficializó una medida que busca equiparar la jerarquía entre los veterinarios con otros profesionales de la salud. Así lo establece el decreto 185/2023, que refiere a que las recetas de los veterinarios tendrán la misma validez que las de los médicos u odontólogos al ser presentadas para adquirir medicamentos en las farmacias.
La normativa fue publicada el miércoles 12 de abril en el Boletín Oficial y lleva la firma del presidente Alberto Fernández, el jefe de gabinete, Agustín Rossi, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti. El objetivo es que las farmacias puedan vender medicamentos de su vademécum a personas que los necesiten para aplicarlos a sus animales de compañía y que presenten para ello una receta firmada por un veterinario.
"Lo único que dice el decreto es que se habilita la legalidad de las recetas de médicos veterinarios para que los dueños de los animales puedan comprar medicamentos en farmacias", aclaró a PERFIL el médico veterinario Juan Enrique Romero, uno de los impulsores del proyecto que buscó saldar una vieja deuda con los veterinarios desde que se sancionó la ley en 1967.
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En tanto, el decreto establece que los farmacéuticos deberán considerar como válidas las recetas de los veterinarios y aceptarlas para productos humanos para uso en animales. Sin embargo esto no significa que en las góndolas de las farmacias se podrá vender productos para animales.
La nueva normativa reemplaza el inciso c) del artículo 25 de la reglamentación de Ley 17.565 y estipula: "Vigilar que en la farmacia bajo su dirección sólo se acepten las recetas extendidas por las personas autorizadas por la Ley Nº 17.132 a efectuarlas, así como por todo médico veterinario matriculado y toda médica veterinaria matriculada ante la autoridad jurisdiccional competente según lo establezca la normativa vigente".
Al respecto, con esta medida se busca optimizar la "prevención y control de las zoonosis que amenazan la salud humana", siendo estas enfermedades transmisibles por animales a las personas, con altas tasas de morbilidad y mortalidad, por lo que representan una amenaza tanto para los humanos como para los animales.
