Argumentan que lo eligen porque es un “trabajo que requiere mucha vocación de servicio”. Y que son ellas las que salen a dar la cara porque, según lo que pasa día a día en las calles, la gente “muchas veces no reacciona bien ante un control de tránsito o de alcoholemia”, y que ellas, en la mayoría de los casos, tienen “otra manera” –más empática, se infiere– de hablarles a los conductores.
Lo cierto es que, este año, las mujeres ya son mayoría en el cuerpo encargado de controlar el tránsito y la seguridad vial en la Ciudad de Buenos Aires: de los 2.450 agentes que integran esa dependencia, ellas suman 1.258 (el 52%), mientras que los varones son 1.166, el 48% restante.
En la escuela de formación técnica dependiente de la Secretaría de Tránsito porteño, –en la que realizan cursos de capacitación de ocho semanas y dan pruebas finales para graduarse– además, egresaron en septiembre pasado 250 personas, de las cuales casi el 70% son mujeres. Este grupo comenzó a formarse profesionamente en 2008 y, para fines de este año, se estima que serán unos 2.750 agentes los que realizan los diferentes operativos de control en puntos estratégicos de la Ciudad los 365 días del año. Este número significará un aumento del 62% respecto de 2016.
Además de las tres bases operativas en las que trabajan, sumarán dos más este año para, entre otros, identificar zonas que requieren mayor presencia como las cercanas a los corredores de Metrobus, escuelas y avenidas principales. Entre sus tareas se encuentran el ordenamiento del tránsito por medio de controles de estacionamiento, luz roja, velocidad, alcoholemia, estupefacientes y casco en motociclistas.
A partir de la incorporación de nueva tecnología para el control y el crecimiento en la cantidad de agentes de tránsito, se amplió la zona de cobertura y se duplicaron los puestos de control integrales y de alcoholemia. Como resultado, las infracciones crecieron 28,5% en un año.
“Nosotras tomamos un rol muy importante dentro del cuerpo de agentes: cada vez somos más las que elegimos formar parte de este trabajo que me apasiona y que tiene mucha vocación”, dice María Alejandra Beretta, jefa de la Base Piedras del Cuerpo de Agentes porteños.