SOCIEDAD
una tendencia sub-40

Más hombres deciden depilarse para lucir sus cuerpos en la playa

Destacan la higiene y la comodidad de ser lampiños, y no le temen a la cera o al láser. En los centros de estética aseguran que son casi el 50%.

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Piel lisa. Ignacio, Mariano y Augusto juegan al rugby, pero lo hacen “por comodidad”. | Patricio Cabral

“Hace cinco años que me depilo. Este verano, usé la máquina pero también me depilé muchas veces con cera: la primera vez duele, pero después te acostumbrás. A mi viejo no le gusta, mis amigos me cargan; pero mi novia me ayudó varias veces, ella no tiene problema”. Así, sin prejuicios, cuenta Andrés Rubiolo (26) por qué elige lucir su cuerpo libre de pelos. “Me depilo siempre el pecho y las piernas. Lo hago para que se me note más ‘el músculo’, pero también porque me resulta más cómodo”, dice.

Como él, en un recorrido por las distintas playas de la costa atlántica, se ve que cada vez más varones deciden sacarse el vello corporal, una tendencia que constatan los centros especializados en depilación, que aseguran que sus clientes ya casi constituyen la paridad perfecta 50/50, arman “combos” adecuados para cada tipo de hombre y aseguran que son más obsesivos a la hora de cumplir con las consignas durante los tratamientos. Y no reparan en métodos: usan tanto las máquinas de rasurar y los sistemas de depilación definitiva como el más tradicional –y doloroso–, la cera. Cualquier cosa con tal de verse perfectos.

Los jóvenes depilados son una tendencia creciente en las playas.

“Aunque jugamos al rugby, lo hacemos sobre todo por estética y comodidad. Empezamos porque otros amigos ya se depilaban y nos lo recomendaron, y nos lo hacemos con cera en las piernas y en el pecho”, cuenta Ignacio Huaier (19), jugador en el Universitario Rugby Club de Tucumán y estudiante de Ciencias Económicas, que está de vacaciones en Pinamar con su hermano Augusto (22) y su amigo Mariano Suárez (22), que juega en el Jockey Club. “La verdad es que ya nadie nos dice nada, se acostumbraron. Y lo voy a seguir haciendo aunque más adelante deje el deporte”, agrega.

Especialmente entre los deportistas, la depilación era una necesidad. Pero hoy ya no distingue actividades, y muchos resaltan que la comodidad de tener la piel lisa es lo más importante, sobre todo en verano “para no morir de calor”. El ex nadador olímpico José Meolans (40) ya se retiró pero no se imagina de otra forma que lampiño: “Me afeito el cuerpo completo cada tres semanas, aun ahora que no compito más. Me quedó el hábito y me gusta sentir la piel más suave. También hago ciclismo y me resulta cómodo”, dice a PERFIL.

Tendencias que llegarán al 2019

Sin prejuicios. “En los últimos años, se triplicó la cantidad de hombres y cada año aumenta más la demanda; hoy supera el 40%. Hay días en que son mitad y mitad, y antes tenía un día exclusivo para ellos porque les daba vergüenza cruzarse con las mujeres”, cuenta Ariana Pedreira, médica del equipo de la Sociedad Argentina de Medicina Estética y fundadora de una clínica especializada. “Se hacen mucho pecho, espalda y piernas. Dicen que son ellas las que les piden tener la piel lisa”, agrega.

“Me di cuenta de que las piernas depiladas quedan mucho más estéticas y las axilas son más higiénicas: en verano, transpiro mucho menos”, admite el bailarín Federico Zeballos (30).

La médica Pedreira dice que aunque la depilación masculina “trasciende la edad”, reconoce que son más los más jóvenes, porque “van al gimnasio, hacen dietas proteicas y el vello les tapa los músculos marcados”. También advierte sobre la importancia de tener en cuenta que el láser es “un tratamiento médico, que debe estar bien aplicado”.

Los jóvenes depilados son una tendencia creciente en las playas.

Paradigmas. También hay entre las nuevas generaciones una cuestión sobre la ruptura de estereotipos (ver aparte). “La idea de masculinidad deseable, atractiva sexualmente, parece estar cambiando tanto para las mujeres como para los varones. Comienzan a compartirse la exigencia de ciertas prácticas estéticas y de cuidado del cuerpo”, explica la doctora en estudios de género e investigadora del Conicet Gabriela Bard Wigdor. “Los varones están consumiendo productos tradicionalmente femeninos o asumiendo prácticas feminizadas como depilarse, pero esto no debilita su masculinidad hegemónica ni arrasa con sus privilegios de género”, concluye.

Ellas, contra los estereotipos impuestos

Al contrario de ellos, en las redes surgió con fuerza el movimiento unshaved (sin afeitar), al que miles de mujeres de todo el mundo se sumaron exhibiendo fotos donde posan sin tapujos tupidas de pelos en distintas partes de su cuerpo, bajo la premisa de que depilarse “sea opcional y no una obligación”.

“No existe una razón por la que las mujeres deban depilarse, pero aun así nos sometemos a esta práctica dolorosa, invasiva y extremadamente cara. Por eso es hora de que podamos salir a la calle sin depilarnos si decidimos no hacerlo, sin recibir ningún tipo de mirada extraña”, dice Camila Papa, representante de AnyBody Argentina, que trabaja con el objetivo de derribar los estándares impuestos, tanto los femeninos como los masculinos. “Nos parece importante que los hombres comiencen a desafiar los límites de lo que el patriarcado define como ‘masculino’ (tener mucho pelo, músculo, etc.), pero siempre fomentando que las decisiones que tomamos sobre nuestro cuerpo sean libres de presiones sociales”, agrega.

 


 

Exigencias para verse ‘cool’

Caminan trabados y casi en cámara lenta, mostrando su carne depilada como el pavo real su plumaje. Miran de reojo a cada mujer que se les cruza e, internamente, le hacen un guiño. Gente grande...

No, amigo. “El paradigma de belleza ha cambiado”, dicen. Ok. Pero esto es demasiado. Pendeviejos al poder, no. Si el paradigma de belleza cambió, que se depilen los jóvenes. Para quien creció en los años 70 y 80, nuestros pelos son viriles. Creemos en el viejo “macho y peludo” y estamos grandes para la casta metrosexual.

¿O acaso hay que subirse a todos los bondis del Metrobús? ¿O acaso hay que tatuarse el 62% del cuerpo y usar pantalón chupín por arriba de los tobillos, con zapatos en punta eterna y sin medias?

Claro que como en toda herejía tal vez haya excepciones: sacar el físico de Rocky Balboa, por ejemplo (o al menos el de Fernando Burlando). Así se podría negociar. Pero canas + salvavidas + rollos + depilación forman en general un cóctel indecoroso.

Porque además no es gratis el mercado cool: después vendrá otra exigencia, y otra, y otra. Tanto para nosotros como para las mujeres. Hasta que algún día ellas van a cambiar pero en sentido inverso: dejarán de depilarse. Ah, ¡¿eso ya llegó?!

*Guido Glait, Periodista deportivo.