La justicia de Mendoza condenó a una mujer a indemnizar con 10 mil pesos a su exmarido por haberlo "escrachado" por más de tres años en sus redes sociales con acusaciones de maltrato y corrupción.
Se trata de Mónica Beatriz Molina, una trabajadora social de 50 años capacitada en violencia de género, quien estuvo en pareja hasta 2009 con el comerciante Aldo Palacio. Tras su separación, el hombre inició una relación con Nilva María Dias Ephima, una funcionaria pública federal de Brasil, y fue en ese momento cuando comenzó el hostigamiento, según explicó la abogada especialista en derecho informático Bárbara Peñaloza, que defendió a la pareja.
Durante varios meses, Molina calificó a Palacios en su muro de la red social Facebook como "rata", "maltratador", misógino", "burro" y "corrupto", mientras que lo acusaba en forma falsa de no abonar la cuota alimentaria a su hija.
La trabajadora social, además, vertió términos como "gato", "bien amaestrada", "mantenida" para Dias Ephima, la nueva pareja de su exmarido
"Lo más interesante es que se marca un hito en nuestra jurisprudencia respecto a las consecuencias que tienen este tipo de conductas que se han generalizado en las redes sociales y que causan daños psicológicos y morales en las víctimas que sufren este tipo injurias llamadas ‘escraches’", expresó la letrada.", indicó la letrada al diario mendocino Los Andes.
Ante esta situación, el juez penal Eduardo Martearena resolvió condenarla por el delito de injurias a pagar la suma de 10 mil pesos y publicar la sentencia en su cuenta durante siete días. En su fallo, el magistrado consideró que Molina ocasionó un daño "importante", a la pareja y tomó como agravante que Molina sea una funcionaria pública con funciones vinculadas a la temática de violencia de género , que la convierten entonces en "conocedora de los efectos perniciosos, dañinos y denigrantes de la violencia verbal".
Palacios se había separado en 2009 de Molina y se había establecido una cuota alimentaria para la hija en común, que se comprobó el hombre había cumplido. En 2015, el hombre se había casado con una empleada del estado federal de Brasil, con quien Molina nunca tomó contacto, pese a lo cual la fustigó y llegó a publicar fotos de su familia.
M.S./H.B.
