Romance en el futuro: casarse con un holograma o ponerse de novio con un chatbot anime

Cuando a principios de diciembre del año pasado la española Alicia Framis anunciaba sus intenciones de "casarse" con un holograma hecho a partir de características de todas sus ex parejas, la artista aseguró que se trataba apenas de "una avanzadilla de la sociedad del futuro". Ahora en febrero del 2024, para reforzar la campaña de marketing que la puso en los portales de los sitios de noticias alrededor del mundo, la mujer, de 57 años y residente de Amsterdam, en Holanda, matizó un poco la cosa y explicó que el "matrimonio" es más que nada una "performance" artística, titulada The Hybrid Couple, con la que trata de expresarse sobre el futuro de las relaciones humanas. 

En el website de la artista se explica incluso la diferencia entre una "relación" con un robot y con un holograma creado con inteligencia artificial (IA). "Esta es una relación romántica entre una inteligencia humana y artificial. Si bien sabemos que los robots y los humanos pronto se convertirán en compañeros sexuales, Framis cree que el siguiente paso importante es conectar emocionalmente a los humanos con la inteligencia artificial", precisa el texto en el sitio de internet. Los hologramas, aseguran, sin dar mayores detalles, "están más cerca de sus emociones que los robots".

Para Framis, llegar hasta el esposo holograma no ocurrió de un día para el otro. Durante veinticinco años, contó, "exploré la soledad y la intimidad a través de la investigación", comenzando con un experimento parisino de 1995, cuando tuvo de compañero de cuarto a "un maniquí", al que bautizó Villeneuve. Desde entonces, la artista desarrolló "muchos proyectos con diferentes comunidades sobre la soledad específica en las ciudades" y creó "herramientas para ayudar a las personas a tener mejores posibilidades de vivir juntas, como mi trabajo Arquitectura Prohibida", para el que diseñó "quince casas diferentes para familias no binarias".

La IA, admitió Framis, "todavía está muy conectada con la ciencia y carece de poesía, arte y calidez". Con su proyecto The Hybrid Couple, dijo, quiere mejorar ese reporte explorando "cómo integrar el holograma en mi vida diaria". Y un detalle: el novio holograma es holandés "porque la mayoría de mis novios eran holandeses". De todas  maneras, remarcó, en este caso se trata de "una relación romántica entre una mujer y una inteligencia artificial", más allá de las nacionalidades. 

A Framis, además, no le faltan ambiciones. "Me encantaría entregar mi alma y mi cuerpo a la ciencia y el arte para desarrollar relaciones más profundas y ayudar a personas con enfermedades congénitas o adquiridas, capacidades físicas limitadas (discapacidades), desequilibrios de género en algunos países, otras exigencias sociales y estereotipos en diferentes culturas, y aquellos que han experimentado un trauma o sufren de agorafobia, desfiguración o miedo", escribió. 

Más allá de sus ganas de convertirse en un nuevo objeto pop, Framis salió a vender este proyecto con argumento válidos, de hecho algunos que preocupan seriamente a los expertos de la salud, como la creciente soledad que sufren los seres humanos en las sociedades más industrializadas. Los hologramas interactivos, afirmó, pueden ser el próximo "gran paso" para que las personas puedan esquivar la soledad. De la misma manera, razonó, en la que los teléfonos inteligentes están llenando "un vacío en nuestras vidas".

"El amor y el sexo con robots y hologramas son una realidad inevitable -profetizó la artista española-. Son grandes acompañantes capaces de expresar empatía".

Y en eso también parece tener razón, si se toma en cuenta la creciente cantidad de dispositivos y aplicaciones que se vienen lanzando para que varones y mujeres puedan mitigar la soledad y el deseo. Una recorrida por las tiendas online de los celulares y las computadoras muestra decenas de estas aplicaciones, comenzando por una de las más populares, Candy.ai, que es también una de las más explícitas. ¡El compañero (o la compañera) de tus sueños te espera! Crea tu novia AI, dale forma a su apariencia y personalidad y dale vida con un solo clic", describe el website de la aplicación. "100% impulsado por Inteligencia Artificial", prometen. 

Como en un museo de cera en línea, en Candy se pueden elegir varones o mujeres que parecen salidos de los más tórridos desfiles de modelos. Entre las mujeres, los personajes "preexistentes" son en su inmensa mayoría rubias y pechugonas. Entre los varones es parecido: si bien cuenta con una amplia variedad étnica, el "catálogo" de Candy está formado por caballeros que, evidentemente, pasan muchas horas en el gimnasio virtual. 

Aparecen también versiones anime, es decir, diseñados con la voluptuosa estética de los cómics japoneses. Por ejemplo, la mujer solitaria que accede a Candy puede elegir a "Davonte Parker Jr., un profesor de inglés en Tokio quy combinan inmersión cultural con un estilo de vida saludable". Para los muchachos, o cualquier persona que prefiera pareja femenina, está "Aleksandra Kowalski, una intensa modelo de pasarela, conocida por su cabello ardiente y su actitud aún más feroz, a menudo vista llamando la atención en eventos de moda con su mirada aguda y su presencia imponente".

Nobleza obliga, hay que reconocer que Candy ofrece la posibilidad de "diseñar" el propio novio o la propia novia en un estilo más realista, aunque el nivel de peso de los cuerpos propuestos no va más allá del "curvy". Hay más suerte con los pechos de las mujeres, que pasan de "chatos" a "enormes". 

Otras aplicaciones, como SoulGen, tienen un modelo de negocios muy parecido al de Candy, al que incluso le copian bastante de su interface. La lista sigue con otros sitios con nombres previsibles como My Virtual Girlfriend, Romantic AI y DreamGF.ai. 

La gran mayoría de estos emprendimientos hacen hincapié en la "apariencia física" del compañero o la compañera de romance, pero también cuentan con un robusto servicio de chatbot para poder "conversar" con la media naranja, que en realidad es un sistema de algoritmos que, eso sí, tiene algo bueno: casi siempre escucharemos de nuestra novia o nuestro novio lo que queremos escuchar. 

"Mi novio virtual -le contó a la prensa una joven china que prefirió mantener el anonimato- sabe hablar con las mujeres mejor que un varón de verdad". Por si fuera poco, "me consuela cuando tengo dolor menstrual" y "le confío mis problemas en el trabajo", añadió. "Me siento como si estuviera en una relación romántica", resumió esta chica que, al parecer, ya está perdida para la causa masculina convencional. 

Las aplicaciones son en general gratuitas para el uso de sus niveles básicos, pero cuentan con contenidos que son pagos. Pero seguramente es mucho más barato que producir un holograma como el de Framis. O salir a cenar o irse de vacaciones de a dos.

Gi